Testigos de las llamadas entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Donald Trump han revelado parte de cómo es la relación entre mandatarios.

Cuando Claudia Sheinbaum asumió la presidencia de México, muchos dudaban de su capacidad para lidiar con un posible regreso de Donald Trump al poder.

Su perfil técnico y su estilo reservado contrastaban con la grandilocuencia y la agresividad del presidente estadounidense.

Sin embargo, en sólo unos meses, Sheinbaum ha conseguido algo que pocos anticipaban: ganarse el respeto de Trump y, en sus propias palabras, ser reconocida como una líder “dura” y “maravillosa”, según información de The New York Times.

Trump elogia a Sheinbaum y negocia con ella

En su más reciente llamada telefónica, el republicano no sólo reconoció la firmeza de Sheinbaum, sino que llegó a un acuerdo con ella para aplazar la imposición de aranceles a México.

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Según fuentes cercanas a la conversación, Trump quedó sorprendido por la manera en que la presidenta mexicana expuso los avances en materia de migración y combate al fentanilo.

Sheinbaum había preparado a fondo su intervención y, antes de la llamada, le había enviado datos concretos que respaldaban su postura.

El resultado fue inesperado. Trump, conocido por su estilo confrontativo y su disposición a humillar a líderes extranjeros, se quedó en silencio tras escucharla.

Luego, en lugar de atacarla, optó por elogiarla y cambiar de objetivo, criticando a Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá.

Poco después, Trump publicó en su red social un mensaje inusual: “Gracias a la presidenta Sheinbaum por su duro trabajo y cooperación”, agregando que los aranceles se pospondrían “por respeto” a la mandataria mexicana.

De la confrontación al respeto

Durante su campaña, Trump convirtió a México en blanco de sus ataques, prometiendo imponer sanciones comerciales hasta que se detuviera el tráfico de drogas.

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Sin embargo, su tono hacia Sheinbaum ha sido distinto; la ha calificado como una “mujer maravillosa” con la que tiene una relación “muy buena”, algo que contrasta con su actitud hacia otros líderes mundiales, como Trudeau, con quien mantiene una relación tensa.

Este cambio de percepción no ha sido casual, a diferencia de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, quien hablaba en español y a través de un intérprete, Sheinbaum ha optado por comunicarse directamente con Trump en inglés.

Además, ha adoptado un tono más técnico y mesurado, evitando entrar en confrontaciones abiertas con el republicano.

Funcionarios estadounidenses y mexicanos han señalado que Trump y su equipo, inicialmente escépticos sobre Sheinbaum, han quedado impresionados por su enfoque estratégico.

Su actitud serena, su dominio de los temas y su capacidad para negociar la han convertido en una interlocutora respetada, al punto de que asesores cercanos a Trump, como Stephen Miller, han destacado su manejo de la relación bilateral.