KATHYA MORENO

“Durante la época prehispánica, la obsidiana del Cerro de las Navajas fue ampliamente utilizada por culturas como la teotihuacana, tolteca y mexica para la fabricación de herramientas, armas y objetos rituales.”

El Cerro de las Navajas, ubicado en la comunidad de El Nopalillo, municipio de Epazoyucan, Hidalgo, es un sitio que conjuga historia, geología y cultura. Con una altitud de 3,212 metros sobre el nivel del mar, este cerro es reconocido por sus yacimientos de obsidiana, una piedra volcánica que fue esencial para las culturas prehispánicas de Mesoamérica.

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Durante la época prehispánica, la obsidiana del Cerro de las Navajas fue ampliamente utilizada por culturas como la teotihuacana, tolteca y mexica para la fabricación de herramientas, armas y objetos rituales. La variedad dorada de esta piedra, única en el mundo, era especialmente valorada por su belleza y propiedades simbólicas. Su uso no solo respondía a fines prácticos, sino también espirituales, al considerarse un material asociado con el poder y la protección.

Entre las variedades más singulares se encuentra la obsidiana verde dorada, una gema semipreciosa que destaca por su brillo metálico y reflejos iridiscentes que cambian con la luz. Esta piedra, extraída únicamente en este cerro, era considerada sagrada por muchos pueblos originarios. Su rareza y estética la convirtió en un símbolo de estatus, y hoy sigue siendo una pieza central en la elaboración de joyería artesanal y en la identidad cultural del lugar. Su presencia convierte al Cerro de las Navajas no solo en un punto geológico destacado, sino en un sitio de profundo valor simbólico.

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La importancia del Cerro de las Navajas va más allá de su riqueza natural: representa un vínculo vivo con las raíces más profundas de México. Este cerro es un testimonio tangible del ingenio y la cosmovisión de las civilizaciones antiguas, y su conservación no solo preserva un patrimonio geológico único, sino también una herencia cultural invaluable. Su integración en el Geoparque Mundial UNESCO Comarca Minera fortalece su papel como emblema del patrimonio científico y espiritual de la región.

En términos turísticos, el Cerro de las Navajas es una joya poco conocida que tiene el potencial de convertirse en un destino clave para el ecoturismo y el turismo cultural en Hidalgo. Su mirador, los talleres de obsidiana, los senderos y la belleza del paisaje ofrecen una experiencia auténtica para quienes buscan reconectar con la historia y la naturaleza. Apostar por su promoción turística de forma sustentable puede traer desarrollo económico a las comunidades locales y al mismo tiempo sensibilizar a los visitantes sobre la riqueza de los territorios originarios de México.

Visitar el Cerro de las Navajas es una experiencia que conecta a los visitantes con la historia ancestral de la región y la belleza natural de Hidalgo. Es un recordatorio de la riqueza cultural y geológica que posee México y de la importancia de conservar estos tesoros para el disfrute y aprendizaje de todos.

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