Que si Cannes está sobrevalorado, que si solo es un lugar lleno de glamour y opulencia, que si nadie lo pidió, pero ya lleva 78 años a flote y hay que seguir haciéndolo, que las películas ahí están sobrevaloradas, “fumables” y son de lo peor que puede haber… Muchas cosas han cambiado a lo largo de 78 ediciones de uno de los festivales que, nos guste, le entendamos o no, es el punto de partida de la carrera hacia el Oscar, otro que hay quienes dicen, nomás es una figura dorada.
El Festival Internacional de Cine de Cannes presenta una diversidad de miradas en el séptimo arte. Sus propuestas pueden destacar en una temporada de premios o perderse entre la multitud de películas que buscan un lugar en los Oscar. Sin embargo, su lado oscuro, que encubre a supuestos violentadores de mujeres y niños, opaca toda la magnificencia que podría tener durante el periodo en que los cinéfilos observan las nuevas candidatas para los Oscar.
Suscríbete a nuestro canal de WhatsApp y entérate de todas las noticias al instante
¿Qué tan valioso es Cannes en estos días para el séptimo arte? Reconozcamos o no, el festival sigue siendo una enorme puerta para lanzar al mundo lo que cineastas han preparado en meses, años o décadas, sin restricción alguna; bien pueden ovacionar una cinta de terror, una comedia o una película animada; no hay barrera del idioma y no hay filtros que se valgan de grandes campañas; a los críticos les gusta u odian tu trabajo y eso enriquece las opciones que como espectadores tendremos en algunos meses.
Cannes dicta cuál será el camino que recorreremos el año que viene, pues de unos años para acá, hablamos de tener una especie de visión sobre quiénes podrían estar presentes durante toda la temporada de premios y, con lo que pasó el año pasado con Anora, se podría decir que la decisión de elegir la mejor película del año está en sus manos con la Palma de Oro y, aunque la organización se ha querido desmarcar de ser una especie de adivino, lo cierto es que el cine que se presenta en Cannes es selecto y del que pocas veces se puede ver y maravillar.
SIGUE LEYENDO: Trump vs el cine
Los únicos problemas de Cannes quizás sean las visiones entrecortadas de algunos críticos que tienen de primera mano el veredicto, sea en una sentencia sustentada en el saber o mediante una especie de aplausómetro que no siempre es de fiar; basta recordar a Emilia Pérez. El festival ha sabido manejar la situación cuando se trata de escándalos que tienen que ver con abuso sexual y otras formas de violentar a niños y mujeres, aunque ese homenaje a Kevin Spacey de este año confunda y moleste a la audiencia.
Hay que rescatar esa parte de poder abrir las puertas al cine que, en estos tiempos, difícilmente se podría exhibir en otros países como Estados Unidos, ahora más con la amenaza arancelaria de Trump y el cierre de puertas a películas extranjeras; si se impone el 100 por ciento de los aranceles, quizá estemos ante una de las pocas puertas para que realizadores de otros países muestren sus historias en un lugar donde lo políticamente correcto no raya en la hipocresía.
Puede que a algunos les parezca vano y sin sentido; para quienes son cinéfilos de hueso colorado, es una especie de oasis en el que todavía hay espacio para el buen cine, sea una producción fuera de competencia, de la Un certain regard o de la que van por la Palma. Llegar a Cannes por invitación, selección o remuneración es tener una llave para seguir impulsando una industria que necesita el espectador, convenza a veces o no…
TE PUEDE INTERESAR: ¿Es Thunderbolts la película que nos prometió Marvel?
La recomendación: Terrence Malick ganó en 2011 la Palme d’Or por El árbol de la vida, con Brad Pitt como su protagonista; un auténtico drama sobre cómo influye la relación que los padres desarrollan con sus hijos en las vidas pasadas, presentes y futuras. La pueden ver en Prime. Y hasta aquí, ¡corte y queda!