¿Dónde van las bolsas negras?
¿Qué pasaría si el relleno sanitario que recibe la basura de Pachuca y su zona metropolitana colapsara? Seguramente enfrentaríamos un escenario caótico: bolsas negras acumulándose exponencialmente, olores desagradables, fauna nociva y focos de infección como parte de la vida cotidiana.
Lo preocupante es que este escenario ya no es hipotético. El sitio de disposición final El Huixmí, se encuentra a su máxima capacidad, obligándonos a reflexionar urgentemente: ¿qué haremos con la basura que ya no cabe?
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Situación actual: El Huixmí al límite
El Huixmí ha operado por casi 30 años y, de acuerdo con las autoridades, en el 2025 alcanzará su máxima capacidad. En el mejor de los casos, le restan solo unos meses de vida útil.
En junio del 2024, la PROFEPA ordenó una clausura parcial por incumplimientos ambientales: reducción del 30% de las operaciones, mejor cobertura, drenaje y control de fauna nociva. Para ganar tiempo, el municipio recurrió a dos empresas privadas que actualmente operan las celdas adicionales; sin embargo, las propias autoridades han admitido que a partir de diciembre se dejarán de recibir residuos en el sitio.
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Recuento de impactos
El Huixmí recibe alrededor de 600 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos, es decir, más de 162,000 toneladas al año (aproximadamente 0.8 kg por persona al día). Para dimensionar: el Estadio Azteca puede albergar 14,000 toneladas; con la basura que genera Pachuca en un año, llenaríamos 11 estadios completos. Un verdadero océano de basura.
El impacto ya se percibe en la salud y calidad de vida de los vecinos de las colonias cercanas: reportan problemas de salud constantes como irritación en vías respiratorias, mareos y dolores de cabeza, además de la presencia constante de fauna nociva.
Y no se trata solo de incomodidad: los residuos mal manejados contaminan suelo, agua y aire, a través de lixiviados con metales pesados, gases como el metano y la proliferación de patógenos.
Escenarios futuros
Las alternativas a corto plazo apuntan a la construcción de una nueva celda en el Huixmí, o de un relleno metropolitano. Sin embargo, mientras no exista certeza, el escenario inmediato será enviar los residuos de Pachuca y su zona conurbada a otros municipios como Apan, Santiago Tulantapec o al Estado de México.
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Y ¿qué podemos hacer?
La crisis de los residuos no se resuelve sólo con más infraestructura. El problema también exige corresponsabilidad ciudadana. Estas son algunas acciones concretas:
- Exigiendo soluciones técnicas y políticas sustentables
- Separar residuos en origen desde nuestras casas, escuelas, centros de trabajo.
- Adoptar el método de las 5 Rs:
✓ Rechazar plásticos de un solo uso.
✓ Reducir nuestros consumos innecesarios.
✓ Reutilizar materiales, ropa, muebles.
✓ Reciclar cartón, vidrio, papel, metales y compostar residuos orgánicos.
✓ Reparar electrodomésticos antes de desecharlos.
El colapso de El Huixmí es un reflejo incómodo de nuestra forma de vivir y consumir. No se trata solo de dónde poner la basura, sino de cuánta producimos y qué hacemos con ella. Pachuca está al límite, sin embargo, también tenemos la oportunidad de dar un giro hacia una vida con responsabilidad ambiental. La pregunta es si estaremos dispuestos a generar dicho cambio, antes de que la basura nos alcance.
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