De niña visitábamos ese lugar lleno de arte, pero fue más bien en mi época universitaria cuando aprendí del olor de los colores, de las formas que se empezaban a crear en los lienzos blancos. Aprendí que los artistas que se encontraban ahí podían mostrarte la realidad en el paisaje, las marinas, los bodegones, los rostros indígenas.
Cada vez que acudo disfruto de esas expresiones artísticas que se muestran en el Barrio del artista en la ciudad de Puebla, ubicado en el Centro histórico. Tanto la construcción de los pequeños estudios con un techo cóncavo, la sala de exposiciones, la cafetería, la fuente que está en medio de la plaza y una escultura blanca que conforma una pareja, lo hacen único.
El Barrio del artista luce vistoso, colorido, entrañable, con la historia del pasado y el orgullo del presente que pone a la ciudad de Puebla, en uno de los lugares a visitar sí o sí.
De entre algunos de los artistas plásticos que tienen su estudio ahí, por años, son Maglorio y Aurelio Leonor, hombres de pincel, de espátula. Con diferentes estilos, sí, pero que muestran a Puebla, sus lugares y habitantes, con un buen sello.
Afuera de uno de los estudios, una placa dice: “En este estudio trabajó el profesor Jorge Márquez Figueroa autor de la idea de fundar este Barrio del Artista. H. Puebla de Z.- febrero 1983”.
En otro espacio, afuera de la cafetería, se muestra un busto y otra placa, ésta en talavera, señala: “1958. En esta Plazuela del Barrio del Artista, se realizó el 1er teatro popular al aire libre siendo fundador y director el literato poblano José Recek Saade”. Está firmada por la Unión de Artes Plásticas A.C. agosto 1970.
Junto a ella, otro busto y placa dedicada a María Sánchez Robredo, a quien nombran “auténtica gloria de la poesía en Puebla y gran simpatizadora del Barrio del Artista”.
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Resulta que sus fundadores fueron los hermanos pintores José y Ángel Márquez Figueroa con sus alumnos más destacados de la Academia de Bellas Artes de Puebla. Formaron el grupo artístico encargado del barrio. “El lugar se conocía para ese entonces como La plazuela del factor, que en 1827 había sido utilizado como un centro de comercio de ropa usada, mejor conocido como el Parián chico, en imitación del comercio capitalino”, señala el sitio centrohistorico.pueblacapital.gob.mx
En el artículo, firmado por Brenda Angélica Juárez Sauza, se menciona que “el lugar estaba abandonado y se encontraba en malas condiciones, pero para el pintor Márquez este era el sitio adecuado, había pequeños cuartos que podían albergar a cada pintor, justo como sigue hoy en día”.
Fue cuando propusieron al gobernador del estado de Puebla, Gonzalo Bautista Castillo, quien aceptó el proyecto y con la contribución del presidente municipal, Juan Manuel Treviño, donó la propiedad y se inició la construcción del proyecto artístico.
Se creó un grupo para representar a estos artistas. “El 8 de abril de 1940 se inauguró la Unión de Artes Plásticas, y su primera exposición se lleva a cabo el 5 de Julio de 1941”, señala el artículo.
Las jacarandas que lo acompañan, las jardineras, hacen de este sitio, un destino para recrearse en él, entre el arte y una buena compañía.
X@AidaSuarezCh