Perdió a su madre siendo apenas un niño, a su padre, quien era su fortaleza, y a su esposa, la mujer que le dio dos hijos, pero se niega a ser una víctima del destino.
La vida es así de frágil, y consciente de ello, prefiere ser optimista y alegre. Por eso se define como un hombre al que le gusta hacer amigos. Sabe que los cargos son pasajeros, pero las amistades pueden durar toda la vida.
Él es Andrés Velázquez Vázquez, quien manejará las riendas del Congreso local, al ser el próximo presidente de la Junta de Gobierno. Hoy dejamos atrás al FUNCIONARIO público, guardamos los roles de poder y damos paso al ser humano que, como todos, sufre, llora o ríe.
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Han pasado ya 56 años desde que, siendo tan solo un niño de seis años, dejó su tierra, La Misión, uno de los municipios con mayor rezago social y pobreza, y llegó a Pachuca en busca de mejores oportunidades.
Con un dejo de nostalgia y tristeza, recuerda no haber conocido a María, su madre, ya que esta falleció siendo él muy pequeño. Entonces, se apegó a quien fue su ejemplo y fortaleza: su padre. Pero el destino le depararía una vida en la capital del estado, a donde recuerda haber llegado con la emoción de un niño a quien se le abre un mundo nuevo.
Aquí estudió la educación básica, y en la Ciudad de México, en la UNAM, escogió la licenciatura en Desarrollo Agropecuario. “Siempre me ha gustado el campo, disfrutar del aire fresco”, nos cuenta.
Hay dos dolores que marcaron su vida: la muerte de su padre Emilio y la de Paty, su esposa, quien falleció de cáncer y a quien acompañó hombro a hombro en la batalla. Los años al lado de quien fue su pareja por muchos años y con quien tuvo dos hijos, fueron una de las mejores etapas de su vida.
El trabajo duro lo llevó a otra de sus pasiones: la política. Este gusto lo comparte con el menor de sus hijos, Alejandro, quien ha seguido sus pasos, mientras que Andrés es el médico de la familia, quien le cuida el colesterol, por aquello de las carnitas y la barbacoa que le ofrecen con frecuencia durante sus recorridos en el campo y que tanto disfruta.
Pero, sin duda, su comida preferida son los chiles rellenos. Hoy vive feliz con Diana, una maestra entregada a su trabajo e inquieta por buscar cosas nuevas que dejen huella en la gente.
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Amante del orden y la limpieza participa en las labores del hogar: acomodar la ropa, ir al mercado, comprar cosas para la comida.
Como todos, también guarda algo para sí. Ahí, escondido entre los sueños, se encuentra uno de sus secretos, que hoy nos comparte: el anhelo de conocer las pirámides de Egipto. Así es Andrés, el hombre detrás del diputado.
Y si te has preguntado, ¿qué sucede con los políticos y funcionarios cuando se apagan las cámaras, se cierra la puerta de la oficina y llegan a casa?, te invito a leer las historias de vida de los hombres y mujeres que rigen el destino de Hidalgo.
Nos vemos en el próximo retrato.
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