Puebla, Pue. Un concierto emotivo y alegre, con nuevos sonidos, fue el que presentó el cantautor Carlos Arellano en “Canciones para Aleida”, la noche del 10 de septiembre, en el teatro del Complejo Cultural de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla – BUAP
Con nuevos arreglos pasó de entre las primeras canciones hasta las más recientes.
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Iván García abrió la noche, otro cantautor
Acompañaron, en la banda, Chario Manez en la batería, Gustavo Espíndola en la guitarra eléctrica, Maqaqo J. Alvarado Millán en el bajo, y la participación especial de Renato Hernández.

Arellano también cantó solo y desde el principio del concierto advirtió: “ustedes sabrán cuáles son las canciones para Aleida”.
Aleida, su compañera de vida por más de cuarenta años, estuvo en el canto, la sonrisa y el recuerdo, con sus rizos, sus guisos y los bordados que elaboraba con especial empeño. Falleció en abril pasado y fue este el concierto dedicado a ella, por parte de Carlos, su familia y la cuatitud.
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Un concierto que se antoja se repita porque, cómo dijo Carlos “se siente bien no cantar solito”.
El sonido de Arellano y sus letras se renuevan con las canciones más recientes que presentó esa noche y que tienen que ver con la gastronomía, el lazo más fuerte entre las Aleidas y los Carlos, además de la rica comida poblana.

Fue un concierto nostálgico que reunió talentos alrededor de las letras de Arellano, quien, por cierto, no interpretó “Treintañeros” y “Nunca dejaré que te vayas”, tal vez para dejarlas descansar en una noche íntima.
La iluminación y el sonido ayudaron mucho en la noche septembrina, casi patria, y dio pie para que un cantautor poblano entonara sus letras con una voz como rasposita.
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Mientras, el recuerdo de Aleida, amiga de toda la vida, se entremezcló en las imágenes de las canciones, claro que se le vio acompañar a la cuatitud y haciendo Chiles en Nogada, seguramente para el after.
Después Arellano e Iván firmaron cds para quienes quieren conservar el sonido y el arte objeto de un disco autografiado.

Gracias a Moisés Ramos Rodríguez y a toda la banda que hizo posible esta velada.
Se cumplió y para bien. Hay Carlos Arellano para rato y eso, claro que lo celebramos.
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