Columna Aída Suárez

Cuenta la leyenda que el 28 de agosto de 1821, se sirvieron por primera vez los Chiles en Nogada, en el Día de San Agustín, dedicados a Agustín de Iturbide en su visita a la ciudad de Puebla. Y que fueron las monjas del Convento de Santa Mónica quienes los prepararon.

Otras versiones dicen que fueron las religiosas de Santa Teresa y hay quienes dicen que no fue por la visita de tan ilustre personaje. Lo cierto es que la temporada en que se consume es entre agosto y septiembre, por los ingredientes con los que se elaboran que se dan en ese tiempo.

Foto: Aída Suárez

El sabor es entre dulce y salado, un poco de acidez y lo cremoso de la nogada y sin duda, muy agradable a la vista al ser bañado un chile poblano relleno, capeado, por la salsa de nuez de castilla, granada y perejil. Los tres colores de la Bandera Nacional.

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El relleno se elabora con carne picada de res y cerdo, piñón, manzana panochera, durazno criollo, uva pasa, almendras, peras de San Juan, sal de mar.

Otra leyenda que surge alrededor de este manjar, es que las monjas “decidieron preparar especialmente esta comida para representar los tres colores del Ejército Trigarante: verde, con el chile poblano; blanco, con la nogada; rojo, con la granada”.

Es la nuez de castilla, el ingrediente principal que, combinada con leche, queso fresco y jerez le dan el sabor especial. Esta nuez se puede encontrar con vendedores en las calles del centro de Puebla, y en los mercados. 

Foto: Aída Suárez

Se dice que las nueces, que dan nombre a la salsa de nogada, ya que es de cultivar nogal de Castilla, es decir, nuez castellana. También se usan en algunos casos las nueces morenas para sustituir o complementar la salsa de nuez.

Decía yo que el relleno, además de la carne, se complementa con ingredientes de temporada, porque además del chile poblano, se agrega la pera lechera; manzana panochera que es pequeña, durazno criollo, pera de San Juan, a veces plátano macho, y pasas o últimamente arándanos, es según el gusto de quien los cocina y quien los consume.

Muchos se han preguntado que si va capeado o no. El Chile en Nogada es capeado, pero si usted no lo quiere así, le quita al platillo ese cuerpo consistente que es bañado por la salsa de nuez, exquisito.

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Y otra pregunta que se hacen los comensales: ¿El chile en nogada debe servirse caliente o frío? La respuesta es que debe estar a temperatura ambiente o frío, nunca caliente. La razón es que la salsa de nogada es cruda y, si se calienta, puede cortarse, señalan las cocineras.

Puede acompañarse con una ligera sopa de champiñones, o flor de calabaza, no se recomienda arroz, porque sería demasiado.

Y de bebida puede ser agua fresca de fruta, vino blanco o rosado, o bien cerveza para marinar el sabor dulce del platillo.

Aunque es originario de Puebla, ya se sirve con más regularidad principalmente en el centro del país. En Pachuca se pueden encontrar buenos ejemplares en restaurantes o cocineras que los ofrecen desde sus hogares.

De los precios: en restaurantes de la Angelópolis se encuentran entre 250 a 450, pero las cocineras desde casa los ofrecen entre 150 y 200 de muy buen tamaño y gran sabor.

Sin duda, es esta la temporada para consumirlos, no antes, no después. Pruébelos ahora porque de no ser así se tendrá que esperar todo un año para poder hacerlo. En mi caso llevo tres de la temporada. Una agradable experiencia.

X@AidaSuarezCh

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