El mensaje político implícito en la foto difundida desde este fin de semana en diversos medios de comunicación, en la que el gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, acompaña a los perfiles que buscarán ganar en las urnas en las elecciones del 2 de junio es contundente.
No hay duda, ese es el grupo que respalda el gobernador Julio Menchaca. Un párrafo que acompaña la imagen reitera el mensaje: “este es el verdadero equipo de la 4T en la entidad, en Hidalgo, los otros partidos satélite como PT y Verde Ecologista tienen sus propios intereses y agendas, ajenos a los de Morena”.
La lectura entre líneas obliga a preguntar, ¿cuáles son esos intereses y agendas ajenas a los del partido guinda?
Respecto al Partido del Trabajo es útil hacer la distinción entre los contextos nacional y local, pues mientras en el primer ámbito se ve una alianza sólida, en el segundo sucede lo contrario: los signos de una ruptura son evidentes.
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El acaparamiento de las candidaturas en el PT para el Grupo Universidad que, en efecto, tiene una agenda definida, puede explicar el distanciamiento. Recordemos que los universitarios no son precisamente aliados del gobernador, quien tampoco los ve con simpatía. Un repaso a los funcionarios que lo acompañan en su mandato es suficiente para constatar que Menchaca no vio a nadie dentro de ese grupo con mérito para sumar a su gobierno.
Entre Morena y el grupo universitario tampoco están bien las cosas. Ni una candidatura para la tribu de Abasolo pese a la presidencia de Marisol Ortega en el Consejo Estatal morenista, quien ya mejor buscó ser postulada por el partido de la estrella.
Y respecto al Partido Verde, un signo de que las cosas no van nada bien lo pudimos observar en la pugna legal que protagonizaron morenistas y sus supuestos aliados respecto a la candidatura a la diputación federal de Araceli Beltrán por Ixmiquilpan, donde terminó imponiéndose por la vía legal Ciria Yamile Salomón.
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Además, aunque no prosperó, quizá pudo meter ruido en la alianza el frustrado arribo del Grupo Plural Independiente a las filas del Verde, con personajes identificados con el exgobernador Omar Fayad, quien tuvo que rectificar y decidir si quería seguir de embajador en Noruega o competir por una candidatura al Senado.
Como sea, el mensaje político transmitido este fin de semana no deja dudas: el gobernador ve claro que su equipo está compuesto por el grupo compacto de perfiles que se tomaron la foto con él, y que actualmente su alianza, fuera de Morena, está con el magisterio local, representado por su brazo político, el Partido Nueva Alianza Hidalgo.
Tampoco hay que olvidar el frente abierto que mantiene Morena con el grupo que no alcanzó postulaciones en este proceso electoral, y en el que se encuentran miembros del grupo conocido como Fundadores. La necesidad de una estrategia para sumarlos se hace evidente, ante los amagos de emitir un voto de castigo a favor de quienes justamente hoy tienen intereses ajenos a Morena.
Son tiempos complicados para el morenismo hidalguense, que no termina de nacer en medio de un mosaico complejo de intereses cruzados.
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