Dinorath Mota

Desde niño, él tenía clara su vocación. Aunque sus padres deseaban que fuera médico, en sus venas ya corría la docencia: ser maestro era su ilusión, y estar frente a un aula, su objetivo. Hoy, con el paso del tiempo, sabe que no se equivocó. Se describe como un hombre feliz, con claroscuros como todos en la vida. Lo más difícil ha sido enfrentar el cáncer de su madre, Aracely. Pero en ese momento crítico, contaban con un milagro de seis años: el pequeño de la familia, Sinuhé, quien se convirtió en la fuerza que ayudó a superar este gran reto.

Con 47 años, el profesor Sinuhé ha construido su carrera desde que llegó hace 25 años a la primaria Netzahualcóyotl, en San Mateo Tlajomulco, Zempoala. Allí comenzó impartiendo clases de cuarto año y, con apenas 25 años, ya era director del plantel. Este lugar, marcó su vida, lo vio crecer, y alguna vez pensó que sería presidente.

Foto: Dinorath Mota

Hoy es el alcalde, y desde su oficina nos cuenta cómo ha sido el proceso. “Sabía que sería difícil, pero no imaginé cuánto”, confiesa. Sabe que hay mucho por hacer, pero los recursos son limitados, lo que representa su mayor reto actual. Sin embargo, más allá del político, está el profesor Sinuhé, quien al llegar a casa disfruta de los pocos momentos libres con su familia. Francisco y Rodrigo, sus hijos mayores, tienen 24 y 21 años; mientras que Sinuhé y Beirut, los menores, tienen ocho y cuatro años. Además, comparte su vida con su esposa, Beirut Reyes.

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El camino de su vida ha estado marcado por su vocación. Su padre, don Francisco, tenía otros planes para él: quería que fuera médico o ingeniero químico. A escondidas, Sinuhé se inscribió en la Normal Superior mientras cursaba también la carrera de ingeniería en el Tecnológico de Pachuca. Las calificaciones lo delataron, y terminó confesando que asistía por las tardes a la Normal.

“Me regañó, estaba preocupado. Me dijo que los maestros ganaban muy poco, que me iba a morir de hambre. Le pedí un voto de confianza, y aquí estamos hoy”, recuerda.

Su carrera comenzó en una escuela particular, hasta que le dieron una plaza en Zempoala. Además, fue secretario general del SNTE en Hidalgo, luego secretario de organización del Sindicato en México y secretario técnico. Su vida política creció con la Organización Fuerza Turquesa, y hoy lo encontramos sentado en la sala de la presidencia municipal.

Foto: Dinorath Mota

El poco tiempo libre que tiene lo dedica a su familia. Trata de que los domingos sean sagrados para compartir con sus hijos, ver una película o simplemente distraerse con ellos. También le gusta ayudar en casa, lavar los trastes, cocinar y preparar su especialidad: las salsas.

“Hacer salsas en el molcajete o en la licuadora es algo que disfruto mucho, al igual que un buen mezcal y las garnachas, como sopes, quesadillas o pozole, que son mi comida favorita”, comenta. No es un hombre de lujos, asegura. “Vivimos de forma sencilla, no tenemos quien nos ayude en casa, así que todos contribuimos: ir al súper, lavar los trastes y hacer los quehaceres, tal como me enseñó mi madre.”

Hace cinco años enfrentaron uno de los capítulos más difíciles con Aracely, su madre, cuando le diagnosticaron cáncer de hígado. “Dios nos dio una oportunidad”, dice. El pequeño Sinuhé fue el motor que los ayudó a salir adelante. “Mi madre solo pedía un día más para poder cuidarlo”, recuerda. Desde bebé, Sinuhé estuvo bajo el cuidado de su abuela.

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Sobre los miedos en la vida, es consciente de que todo tiene un principio y un fin, pero su mayor temor es fallarle a sus hijos, que sus errores los lastimen. Su mayor anhelo es verlos crecer, cumplir sus sueños y, algún día, conocer a sus nietos.

Así es Sinuhé, el profesor que lleva una pulsera roja, regalo de su esposa Beirut, como protección contra las malas vibras. Es el jefe moral de los docentes en Hidalgo, un hombre que prefiere unos tenis y una sudadera, porque, en la vida, lo más importante es estar cómodo.

Te recuerdo que si te has preguntado, ¿qué sucede con los políticos y funcionarios cuando se apagan las cámaras, se cierra la puerta de la oficina y llegan a casa?, te invito a leer las historias de vida de los hombres y mujeres que rigen el destino de Hidalgo.

Nos vemos en el próximo retrato.

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