Joselyn Sánchez

Los que vivimos en Hidalgo y más los que estudiamos en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) sabemos, a voces silenciadas, que, desde hace años, de lo que más adolece la nuestra máxima casa de estudios es de autonomía, pues se rige bajo un sistema cacique de castigos y amedrentaciones.

Estando fuera es fácil decirlo, pero, cuando eres estudiante no se puede, no se debe, porque entonces usan el aparato burocrático en tu contra. Te “echan” al Consejo Estudiantil cual perros de caza, y usan a los diferentes consejos para descreditar tu causa, para reprimirte y amedrentar para que abandones la carrera y no te gradúes.

En este contexto, a veces, quedarte callado parece la mejor opción, pero, como el buen sistema represor que es, la UAEH no se fía de los estudiantes, prefiere castigar a todos los implicados y aplicar medidas severas con tal de que nadie hable, entonces ¿Qué tan podrido tiene que estar el asunto como para silenciar estudiantes bajo amenazas?

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Ya entrando a esta cloaca, hace no mucho, yo y otras personas platicamos con una persona que estudia en la UAEH, esta persona contaba que, a través de diversas circunstancias, se enteró de múltiples casos de acoso de profesores contra alumnas, algunos tan severos y enfermos que ni siquiera se atrevía a mencionar los detalles.

Y, al igual que todo buen reportero haría, preguntamos si podíamos ventilar el tema, si podía contactarnos con alguna de las víctimas, pero, de inmediato, el miedo se apoderó de sus ojos y es que, es entendible, la UAEH no entiende de razones y no les importa truncar el futuro de sus estudiantes con tal de tapar la cloaca en la que operan.

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Como ocurre con Agustín Sosa Castelán, secretario general del Sindicato Académico de la UAEH; de quien, testimoniales dicen que es sumamente misógino y ojo alegre. Por lo que, si eres una chica bonita, quizás puedas recibir buen trato del hermano Sosa, a cambio de acosos y comentarios misóginos constantes.

Al igual que el caso de Agustín, hay varios al interior de la UAEH, todos lo saben, pero nadie dice nada, porque tener problemas con el clan Sosa, es enfrentarte a que te corran de la universidad bajo una “falta” probablemente inventada. Así de grande y así de temible es autoritarismo en la casa de estudios hidalguense, una verdad a voces que espera ser develada.

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