Dinorath Mota

Nadia nació en plena algarabía olímpica, en el momento en que el mundo se maravillaba con la atleta rumana Nadia Comaneci. En su honor, sus padres decidieron ponerle ese nombre. Pero no solo evoca el 10 perfecto en la gimnasia, también su significado: esperanza o generosa. Así, ella no solo fue la esperanza de su familia, también el orgullo al convertirse en la primera abogada de los Reyna y de los Camacho.

Hoy, convertida en regidora, Nadia Reyna Camacho hace un recuento de lo que ha sido su vida. Recuerda cómo, por casualidad, nació en la Ciudad de México mientras sus padres se encontraban de visita, aunque en realidad son originarios de Huejutla, donde pasó sus primeros años de vida.

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Rodeada de sus padres y dos hermanos, fue la del medio: extrovertida y con el don de la palabra, cualidades que en su adolescencia la llevaron a soñar con ser modelo. Quizá impulsada por los reinados que obtuvo a lo largo de su vida, ya que fue reina en la primaria, secundaria y preparatoria, así como de la feria de Huejutla, donde ostentó el título de Reina de la Flor de Nochebuena.

Foto: Dinorath Mota.

Sin embargo, la vida le tenía preparado otro camino. El ejemplo de una de sus tías, abogada, con quien estaba muy unida, la inspiró a seguir esa carrera. Ver cómo ella ayudaba a los necesitados se convirtió en su mayor motivación. Recuerda que, en muchos casos, la gente más humilde pagaba con lo poco que tenía, incluso con animales de traspatio, y eso la impulsó a elegir la abogacía.

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Cumplir sus sueños significó dejar la tierra que la vio nacer, pero no lo hizo sola: sus padres vendieron su casa y toda la familia se mudó a Pachuca, donde construyeron un nuevo futuro.

Madre de tres hijas, todas mujeres, confiesa que ser madre a los 19 años fue una de las etapas más difíciles de su vida: sacrificar la juventud y enfrentar penurias económicas. Sin embargo, asegura que todo valió la pena cuando tuvo en sus brazos a su primogénita.

Foto: Dinorath Mota.

Por ello, afirma con convicción: sí se puede. Pase lo que pase en la vida, los sueños y metas se pueden alcanzar. Ahora, sus tres hijas se han convertido en sus aliadas y mejores amigas.

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Reconoce que la crianza y las responsabilidades académicas fueron complicadas de conciliar, pero asegura que le dieron fortaleza y claridad sobre lo que quería lograr en la vida. En el ámbito político, relata que inició como secretaria adjunta del PRI municipal y, más tarde, asumió el cargo de regidora, desde donde busca incidir en el bienestar de la población.

Asimismo, ha desempeñado cargos en la administración pública. En cada espacio, dice, es necesario contribuir a dejar un mejor país: uno donde las madres puedan permitir que sus hijas salgan sin temor, donde los jóvenes encuentren empleo y las medicinas estén disponibles para los enfermos.
Ese es el país con el que Nadia sueña y que busca construir desde su trinchera.

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