Luces, cámara, Navidad...

Lo que tienes que saber

Una buena historia navideña tiene componentes como la familia y la importancia de la unidad en estas fechas, el amor al prójimo y la necesidad de sacar de un bache grinchístico a quien proclame lo contrario.
Misiones imposibles en las que el final feliz es casi siempre llegar a la celebración de la víspera navideña y que descubramos el verdadero significado de la Navidad.
Con casts que incluyen a niños carismáticos que esperan un milagro en los días decembrinos, hasta la reunión de celebridades de alto calibre para despedir el año, las películas navideñas son indispensables cuando se trata de recibir el mes de diciembre o despedirlo.

¿Alguna vez se han preguntado por qué nos gustan tanto las películas navideñas? Podría parecer obvia la respuesta, pero si le buscamos otra pata al gato, estamos frente a un fenómeno que ocurre cada diciembre, en un canal de televisión o hasta en las propias salas del cine.

Desde las clásicas cintas como Mi pobre angelito, El Grinch, Santa Cláusula, El regalo prometido… hasta aquellas que no tocan temáticas navideñas, pero que por alguna razón las asociamos a la época, como Harry Potter y la piedra filosofal o Batman regresa, pasando por películas más maduras y de culto como Ojos bien cerrados.

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Las películas navideñas tienen ciertos ingredientes que hacen que, como espectadores, las adoptemos y sean un apapacho al corazón, una comfort movie y hasta se conviertan en una tradición con la familia. ¿A poco ustedes no esperan que sea diciembre para ver a Jim Carrey robarse la Navidad? Y estoy segura de que más de uno busca Mi pobre angelito en el streaming el 24 de diciembre para verla.

Una buena historia navideña tiene componentes como la familia y la importancia de la unidad en estas fechas, el amor al prójimo y la necesidad de sacar de un bache grinchístico a quien proclame lo contrario; misiones imposibles en las que el final feliz es casi siempre llegar a la celebración de la víspera navideña y que descubramos el verdadero significado de la Navidad.

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Historias en las que el espíritu navideño puede hacerla de cupido; en las que se hace una crítica al mercantilismo, capitalismo o sus derivados; pero sobre todo, historias en las que predomina una sola palabra que define la época: esperanza.

Hay historias nuevas que muestran la Navidad con diferentes aristas, como The Holdovers, en que la época sirve para descubrir las complejas pero bellas personalidades que coexisten en un mismo lugar; una cinta que se convirtió de pronto en un clásico instantáneo del último mes del año.

Con casts que incluyen a niños carismáticos que esperan un milagro en los días decembrinos, hasta la reunión de celebridades de alto calibre para despedir el año, las películas navideñas son indispensables cuando se trata de recibir el mes de diciembre o despedirlo; es esa época del año en la que Tim Allen, Macaulay Culkin, Arnold Schwarzenegger o Will Ferrell nos acompañan con la familia, mientras estamos en pijama y tomamos bebidas calientes para el frío.

Es esa época del año en donde las películas navideñas buscan confortar, traer memorias de una infancia o de tiempos felices y pasar tiempo con la familia antes, durante o después de decir “¡Feliz Navidad!”.

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La recomendación: 25 de diciembre, 14:00 horas y apenas vas despertando para el recalentado; como hace frío, buscas una cobija y te quedas en el sillón a ver Klaus, una de las mejores animaciones que tiene Netflix en su catálogo y que ha sido infravalorada. Véanla, por favor. Hasta aquí, ¡corte y queda!