Henry Sevilla

Pocas franquicias pueden presumir de ser sinónimo de diversión instantánea, y menos aún de mantenerse relevantes durante generaciones. Pero Mario Kart lo ha hecho una y otra vez. Y con Mario Kart 8 Deluxe, Nintendo no sólo perfeccionó la fórmula, la elevó a su máxima expresión.

Lanzado originalmente en 2014 para la poco afortunada Wii U, Mario Kart 8 fue un brillante destello en una consola que nunca despegó. Afortunadamente, en 2017, con el éxito rotundo de la Nintendo Switch, llegó la versión definitiva del juego de carreras más icónico de todos los tiempos, con contenido ampliado, mejoras jugables y toda la esencia caótica que ha definido a la saga desde sus inicios.

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Mario Kart 8 Deluxe es el equilibrio entre accesibilidad y profundidad. Es un título en el que un principiante puede ganar con un caparazón azul afortunado, pero donde los veteranos saben exactamente en qué curva usar el derrape perfecto o cuándo guardar un champiñón para un atajo escondido.

La sensación de velocidad, el control preciso de los karts, motos y ahora incluso coches inspirados en Splatoon o Zelda, hacen que cada carrera se sienta fresca. Los 48 circuitos disponibles desde el inicio, que combinan pistas clásicas reinventadas con otras completamente nuevas, ofrecen variedad y desafío continuo. Independientemente de todo lo visto en la versión original, la versión Deluxe incluye todo el contenido descargable del original y añade a personajes como los Inkling, Bowser Jr. o el Rey Boo.

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Además, incorpora un modo batalla renovado, que corrige uno de los puntos débiles de la versión de Wii U. Ahora se puede jugar en arenas especialmente diseñadas para enfrentamientos multijugador, lo cual devuelve al modo batalla su gloria original. Junto con la posibilidad de jugar localmente con hasta cuatro personas en pantalla dividida, o en línea con hasta 12 jugadores, la experiencia multijugador es más robusta que nunca.

Visualmente, el juego deslumbra con 60 cuadros por segundo estables, efectos de luz realistas y escenarios repletos de vida y color. Cada pista está cuidadosamente diseñada, y recorrer lugares como la Mansión de Luigi, el Aeropuerto Sol o la Gran Muralla de Yoshi es una experiencia visualmente encantadora.

En lo sonoro, la banda sonora es una mezcla magistral de arreglos jazzísticos, funk y rock, interpretados en muchos casos por orquesta real. Cada circuito tiene su propia personalidad auditiva, y el rugir de los motores se mezcla perfectamente con los sonidos de ítems y las voces clásicas de los personajes.

Mario Kart 8 Deluxe no solo es el juego de carreras más vendido de la historia; es un testimonio de cómo Nintendo sabe combinar nostalgia con innovación. Es un título que puede disfrutarse en familia, en competencias entre amigos, o incluso en torneos profesionales. Su accesibilidad lo hace universal, pero su diseño profundo lo convierte en un título difícil de dominar por completo.

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Este gran título es más que una reedición. Es el tope de una fórmula perfeccionada a lo largo de décadas. No reinventa la rueda, pero la hace girar con más estilo, precisión y velocidad que nunca. Si Zelda: Breath of the Wild fue el alma del lanzamiento de Switch, Mario Kart 8 Deluxe fue el motor que la mantuvo rodando a toda velocidad.

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