Columna Aída Suárez

Aidé Flores es historiadora y su pasión “siempre han sido los trenes”, confirma, pues su familia ha sido ferrocarrilera en diferentes generaciones y juntos realizan distintas actividades para mantener viva la tradición de las vías, de las tradiciones, de la comida que forma parte de esta cultura ferroviaria.

Es restauradora fotográfica, documental, auxiliar de archivo. Actualmente realiza la catalogación de bienes patrimoniales inmuebles de la Secretaría de Cultura del estado de Hidalgo, en el que se especializa en arte sacro.

Foto: Aída Suárez

Junto con su familia y población Estación Tepa del municipio de Zempoala, realizan cada 7 de noviembre, el Día del ferrocarrilero a nivel nacional, al conmemorar a Jesús García Corona, el Héroe de Nacozari.

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“Se trata de reavivar esta tradición que justamente se está perdiendo porque desafortunadamente aquellos ferrocarrileros de años ya han fallecido y cada vez es menor la participación de los ferrocarrileros”, comenta.

Afortunadamente participan ferrocarrileros de la comunidad que, como es bien conocido, “la línea “H” llegaba justamente a esta estación que es el Centro Cultural del Ferrocarril desde 1999”, señala siempre entusiasta.

Y su pasión con los trenes es porque tiene una gran tradición familiar, pues su papá Isaac Flores Aguilar fue conductor, maquinista y garrotero de patio para Ferrocarriles Nacionales de México. Mi abuelito paterno, Sotero Flores Rea también fue garrotero; mi abuelito materno Pedro Ortiz Lucio, fue pintor y mis demás tíos fueron electricistas y pintores.

Incluso por parte de su papá tuvieron mayordomos, que se encargan principalmente del manejo de todo el contexto administrativo de ferrocarriles nacionales en diferentes estaciones.

En la Estación de Tepa realizan diferentes actividades como talleres, pláticas, conversatorios para poder “reavivar” la memoria ferrocarrilera. 

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“Las gorditas” de la señora Juanita

Aidé Flores comenta que una de las importantes herencias es la comida que se vendía en el tren. La historia se ha logrado reconocer con la señora Juana Ortiz Carpio. “Fue mi tía y hace muy poco se fue de este mundo, pero tuvo una participación de la cual me siento muy orgullosa, se llamó La herencia del sabor en el tren”.

Se trata de la elaboración de los sopes del tren, entonces la señora Ortíz Carpio explicó cómo preparaba los sopes del tren junto con su mamá y todas las enchiladoras de la línea “H” desde Honey hasta Tultepec.

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