Uno de los principios básicos de la Revolución Mexicana es el “sufragio efectivo, no reelección”, pero en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que es el heredero y vigilante del cumplimiento de las conquistas de aquel movimiento social de 1910, su dirigente, Alejandro Moreno Cárdenas, está empeñado en romper con los postulados que permitieron el avance político y la consolidación de este país como República.
El lunes 22 de julio, Alejandro Moreno y Carolina Viggiano, presidente y secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor, dieron el primer paso para romper con la tradición de no reelección, al registrarse como candidatos a reelegirse al frente del PRI, luego de que en la XXIV Asamblea Nacional de ese partido se aprobó una serie de cuestionadas reformas estatutarias que permitirían que esa dirigencia se quede al frente hasta por dos periodos, más que concluirían en el año 2032.
Para los militantes y dirigentes revolucionarios, una reelección de esta naturaleza sería de las peores ofensas que podrían darse en contra de los postulados de la Revolución Mexicana, que costó un millón de vidas, para acabar con el régimen de Porfirio Díaz, quien se había perpetuado en el poder por tres décadas mediante nueve reelecciones.
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El aval de sus amigos
El pasado 7 de julio, “Alito” Moreno logró el aval de la militancia a modo y los dirigentes estatales que forman parte de su séquito para reactivar la reelección al interior del tricolor, lo que calificó como el “inicio de una ruta de modernización del partido”, cuando en realidad se trata de una regresión de 110 años.
Las intenciones reeleccionistas de Alejandro Moreno Cárdenas, alias “Alito”, fueron evidentes desde antes de los comicios del pasado 21 de junio y fue muy anunciada la serie de reformas que logró, por lo que expresidentes del tricolor, priistas destacados, exgobernadores y diversos sectores del partido criticaron la posición “antidemocrática de la dirigencia”.
Mariano Palacios Alcocer, dirigente del PRI en dos periodos
Hasta ahora, después de casi un siglo de existencia, en el tricolor solamente Mariano Palacios Alcocer ocupó en dos ocasiones, en dos periodos distintos, la presidencia del CEN del PRI, a finales del siglo pasado.
Con una larga trayectoria, a Palacios Alcocer, después de haber sido gobernador de Querétaro, diputado y titular de organismos partidistas y de diversas dependencias federales, en 1997, después de que Humberto Roque Villanueva renunciara a la dirigencia, el presidente Ernesto Zedillo lo promueve al frente del partido en el poder como dirigente interino.
Y es que a Roque Villanueva, autor de la “Roqueseñal”, se le responsabilizó de la, hasta entonces, peor derrota electoral en las elecciones intermedias, en las que por primera vez en la historia el PRI no alcanzaba mayoría legislativa, que le permitiera al gobierno de Zedillo realizar con holgura las reformas planteadas para la segunda mitad de su sexenio.
Además, en esos mismos comicios, se elegía por primera vez a través del voto directo y secreto al jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, para dejar atrás la era de los regentes del Departamento del Distrito Federal y así se da paso al gobierno de un personaje de oposición, que era ni más ni menos que Cuauhtémoc Cárdenas.
La derrota del PRI le cuesta a Roque Villanueva su salida de la dirigencia
El costo político de la gran derrota para Roque Villanueva fue su salida de la dirigencia nacional del tricolor y la llegada emergente de Palacios Alcocer, quien concluyó el periodo trunco en 1999.
Pero vendría una nueva emergencia, ya con el PRI en calidad de partido de oposición en 2005, cuando Roberto Madrazo Pintado renuncia a la dirigencia por los problemas internos con otros miembros del CEN y para buscar la candidatura y luego la Presidencia de la República.
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La segunda vez de Mariano Palacios Alcocer
Entonces surge una gran división entre Madrazo Pintado y la secretaria general del partido, Elba Esther Gordillo, otrora secretaria general, también, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), por lo que sería imposible llegar a una elección presidencial con Madrazo como candidato y Gordillo como dirigente del partido, entonces entra como emergente a la dirigencia nacional, con el aval del Consejo Político Nacional, por segunda ocasión Mariano Palacios.
Regresando al actual PRI, después de la estrepitosa derrota en las elecciones del pasado 2 de junio, “Alito”, lejos de pretender la reelección, debía haber renunciado, como lo hicieron en su momento el propio Roque Villanueva, en 1997, y Manlio Fabio Beltrones Rivera, en 2015, cuando el PRI perdió siete de las 12 gubernaturas que estaban en juego, por mencionar algunos.
Desde junio de 2022, cuando el periodo de Moreno Cárdenas debía acabar, los exdirigentes y militantes distinguidos del PRI se reunieron con él para recomendarle que no siguiera más al frente del tricolor, pero desoyó esas recomendaciones, a pesar de que era clara su incapacidad para ganar una elección.
La amenaza de “Alito” a la vieja guardia
“Alito” siguió adelante con su plan y durante su mandato, desde 2019 hasta los comicios del pasado 2 de junio perdió 13 de las 14 gubernaturas con las que recibió la dirigencia, no obstante, sigue aferrado a mantenerse al frente del tricolor, con la oposición de la vieja guardia priista a la que amenazó el lunes pasado, por segunda o tercera ocasión, de que la expulsará de sus filas militantes.
Ante la debacle, la posible ilegalidad de las reformas de la pasada Asamblea Nacional, las derrotas y una situación de crisis interna en el PRI, algunos de los ex presidentes del CEN exgobernadores, militantes y especialistas simpatizantes de ese partido, elaboraron un documento en el que relatan y sustentan las supuestas ilegalidades que se han registrado a lo largo de este proceso, con lo que se constituyó un “Amicus Curiae”, que en castellano significa “Amigos de la Corte”.
“Amicus Curiae”
Con este documento, la idea es que el Poder Judicial, como los organismos electorales jurisdiccionales tomen en cuenta los elementos de prueba, con datos de las circunstancias y evidencias que deben tomarse en cuenta para que se invaliden las reformas y los procesos que llevarían a la reelección del dirigente priista y la secretaria general.
De acuerdo con la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el recurso conocido como “Amicus Curiae”, es una serie de informes técnicos que presentan personas ajenas a un litigio, pero que tienen interés en la materia, con la intención de brindar argumentos para la resolución de un asunto, dar su opinión jurídica, proporcionar información sobre el caso o alertar sobre posibles efectos de una decisión.
Por Agencia Amexi
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