Comunidades tlachiqueras denuncian ecocidio y despojo en una manifestación donde se opusieron a megaproyectos solares en Hidalgo.

Representantes de comunidades indígenas, colectivos ambientalistas y campesinos productores de maguey se manifestaron este fin de semana en Pachuca, para denunciar los riesgos sociales y ambientales de los megaproyectos solares planeados en los municipios de Epazoyucan y Singuilucan, donde se pretende ocupar más de 400 hectáreas de terrenos agrícolas para la instalación de celdas fotovoltaicas.

Suscríbete a nuestro canal de WhatsApp y entérate de todas las noticias al instante

De acuerdo con Brisa Fernández Flores, integrante del colectivo El Maguey, la Casa de Todos, estas instalaciones representan una amenaza directa para las comunidades tlachiqueras, cuyos modos de vida dependen del aguamiel y el pulque, y para el ecosistema agavero de la región. Fernández advirtió que no se trata de estar en contra de las energías limpias, sino de denunciar un modelo que disfraza el despojo como desarrollo.

Los manifestantes señalaron el antecedente del caso Malpaís, en Calpulalpan, Tlaxcala, donde la instalación de un parque solar de 800 hectáreas ha generado, según testimonios locales, alteraciones climáticas, fumigación de nubes, escasez de lluvias y la desaparición total del ecosistema, incluyendo maguey, nopal y fauna nativa. “No queremos que pase lo mismo aquí. Esto no es sustentabilidad, es desplazamiento”, denunciaron.

SIGUE LEYENDO: Sorpresa en Pachuca: John Kennedy deja al club y regresa al Fluminense

De acuerdo con las comunidades, empresas como Baywa, Kenergy y Dama Energy han ofrecido contratos de renta de parcelas por hasta 30 años, con cláusulas que permitirían extender el periodo otros 30 años adicionales, lo que equivaldría, afirman, a una privatización encubierta del territorio ejidal. Además, muchos de estos contratos, aseguran, se han promovido en terrenos sin herederos legales definidos, lo que facilitaría su apropiación.

Una de las principales preocupaciones es el cambio de uso de suelo en zonas actualmente sembradas con maguey, nopal, cebada y maíz, cultivos fundamentales para la economía y cultura local. La destrucción de estos sembradíos, señalaron, no solo representa la pérdida de ingresos para decenas de familias, sino también la eliminación de hábitats de especies como murciélagos, tlacuaches, coyotes y polinizadores que dependen de ese entorno.

Los colectivos también alertaron sobre una posible crisis hídrica, ya que las tierras que se pretenden modificar funcionan como zonas de recarga de acuíferos, fundamentales para el abasto de agua en municipios como Cuautitlán y Pachuca, así como en zonas del Estado de México y Ciudad de México. “Destruir esta tierra es comprometer el futuro hídrico de toda una región”, advirtieron.

Las comunidades exigieron transparencia, consulta previa e información completa sobre los impactos reales de estos proyectos, y advirtieron que continuarán movilizándose para proteger su tierra, su agua y su forma de vida.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *