¿Qué tan necesario es que la pantalla sea un instrumento para verter la realidad de un concepto tan vasto, a vece olvidado, pero bastante atacado como lo es el tema de la violencia de género? Mucho, se agradece cada vez que podemos ver ejercicios que nos muestran la verdad de nuestra sociedad, por muy cruda que sea.
Desde cintas como Born in flames de Lizzie Borden en 1983, pasando por las populares Thelma y Louise y Las Sufragistas, animaciones como Persépolis y Mulán, hasta llegar a obras desgarradoras como Ruido de la mexicana Natalia Beristaín, el tema de la violencia de género ha sido abordado desde distintos puntos de vista, pero siempre con un mensaje que muestra cómo se trata a la mujer y cómo ella busca una redención que a veces no llega.
A esta lista de productos que retratan desigualdades de género, la lucha feminista y la crueldad del maltrato a las mujeres, se suma un cortometraje hecho en Hidalgo, con la visión de la cineasta Jennifer Remba desde sus estudios de género y una catarsis muy personal.
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Este cortometraje es Té de ruda, obra que nació a partir de un proyecto de tesis de maestría que Jennifer realizó, mismo que previamente tituló “Soy un monstruo” y en el que abordó la violencia de género desde incluso sus propias vivencias.
Además de tomar como base un tema necesario de abordar en las aristas que sean, Té de ruda tiene varios complementos a destacar, por ejemplo, la historia que se desarrolla en plena época de la Revolución mexicana, en donde el aborto era impensable y el maltrato era un pan que se comía cada día, en una sencilla pero contundente trama, Jennifer Remba logra destacar por un lado la búsqueda de libertad y por otro conectar con un género tan rico como lo es el terror.
Ese es uno de los puntos álgidos de este trabajo que incluso le dio un lugar en la selección del festival Macabro 2024, uno de los eventos más importantes dentro del género a nivel nacional.
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Una bestia cuyo rugido estremece y la sangre de alguien que limpia sus culpas y se libera, eso es parte de lo que se puede ver en 15 minutos donde elementos como una buena fotografía y vestuario acertado complementan una mirada honesta y certera sobre el tema.
Mención aparte merecen las locaciones que se sitúan en una hacienda en Villa de Tezontepec y las barrancas que se encuentran en el municipio de Hidalgo, Jennifer además gran parte del equipo que contrató son hidalguenses; alguna vez le pregunté que qué hacía falta para detonar la industria en en estado y ella respondió: una iniciativa de ley en donde las producciones que llegan a Hidalgo tengan como obligación contratar un cierto porcentaje de talento hidalguense y eso es de reconocer y aplaudir de pie, pues constituye un granito de arena en la construcción de dicha industria a nivel local.
Para quienes quieran ver Té de ruda, el cortometraje llegará al Complejo cultural Los Pinos el próximo 31 de agosto como parte del Stuff Mx Film Festival y en septiembre llegará a Macabro, con credenciales que lo consideran como uno de los cortometrajes highly anticipated (o sea que se esperan con ansias) para ver y la verdad es que vale muchísimo la pena. Y hasta aquí ¡Corte y queda!
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