Sandy Franco

Prácticamente la carrera por el Oscar ya se acabó, estamos a días de saber quién se llevará la estatuilla dorada a mejor película, hemos hecho corajes con algunas cintas que todavía no entendemos cómo llegaron ahí y ya tenemos una o dos favoritas que, según nuestro criterio, deberían llevarse la gloria este domingo 2 de marzo.

Hay que decir que este año la competencia ha estado reñida, cosa que es buena porque significa que en esta edición hubo buen cine, películas que son buenas y que pusieron en jaque a los miembros de la Academia a la hora de votar; asimismo, durante las últimas semanas hemos visto cambiar el puntero de una a otra cinta.

En un principio, The Brutalist era la favorita por muchas cosas, primero porque había cautivado a la Mostra (o sea, el Festival de cine de Venecia) de una manera en la que desde entonces ya la declaraban como la máxima ganadora. Inició su camino con una victoria en los Globos de Oro y luego 10 nominaciones a los Academy, sin mencionar que Adrien Brody es aún el favorito para llevarse el premio a mejor actor.

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Pero lo que parecía una fuerte contendiente para plantarle cara a las 13 nominaciones de Emilia Pérez, en el proceso fue perdiendo fuerza ante Cónclave, que levantó la mano recientemente al ganar el BAFTA y el SAG; hay posibilidades de que el drama político y religioso protagonizado por Ralph Fiennes dé la sorpresa la noche del 2 de marzo en el Dolby Theatre de Los Ángeles (con todo y el inesperado marketing del Vaticano).

Ahora bien, ¿por qué pensar en que la gran ganadora de la noche sea Anora? Bueno, hay una serie de puntos a los que he llegado, tras el desempeño de esta película dirigida por Sean Baker y protagonizada por Mikey Madison en toda la temporada.

La primera, justo cuando creíamos que Emilia Pérez podría ensombrecer el caminito al Oscar y luego del escándalo por las declaraciones tan infortunadas de su director Jaques Audiard y su protagonista Karla Sofía Gascón, Hollywood tuvo que buscar cómo compensar el error de haberle dado 13 nominaciones a una cosa que carecía de méritos para compararse con clásicos como Titanic, La la land o la más reciente ganadora, Oppenheimer.

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Anora dio un tremendo plot twist cuando, en un solo fin de semana, ganó los premios de los sindicatos de productores, directores y escritores. Encima de todo, se alzó con el premio de la crítica, el Critic’s Choice Award; parecía como si Anora tuviera cuatro de las cinco gemas del infinito. En premiaciones pasadas, al menos en las últimas dos, la ganadora de la mejor película (Everything everywhere all at once y Oppenheimer) se ha llevado previamente estos galardones, indicio de que podría suceder lo mismo el domingo.

¿Cuáles son los méritos que tiene Anora para convertirse en la ganadora? Honestamente, no tiene muchos. La cinta cuenta el cambio de vida de una bailarina exótica y trabajadora sexual de Nueva York, cuando conoce al hijo de un oligarca importante de Rusia. El joven le ofrece una vida de lujos luego de casarse en Las Vegas en un arranque de euforia; una serie de acontecimientos que tienen que ver con los padres del muchacho harán que éste salga huyendo y que Anora lo busque para no quedarse fuera de su nueva familia política. 

Anora se me hizo como una versión actualizada de Mujer bonita, clásico de los noventa con una muy joven Julia Roberts; pero esta vez sin el final de “Y vivieron felices por siempre”, una moderna cenicienta con una carga de drama, un toque de comedia y una narrativa que va del cuento de hadas a un balde de agua fría de realidad que la diferencia de otras versiones que ya se han visto con anterioridad, pero fuera de eso no me parece tan poderosa como otras cintas. Es terrible comparar, pero si hablamos de mensajes fuertes y claros, ahí está The Substance

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Puede que Mikey Madison haya logrado cautivar con su personaje y la historia que miles de mujeres que son trabajadoras sexuales viven en su día a día. Que Sean Baker escribiera un guión simple, si se puede decir, pero que a Cannes le pareció brillante, y puede que la banda sonora, la fotografía y la producción sean destacables, pero no creo que, después de ver trabajos como el de Edward Berger en Cónclave o el de Brady Corbet con la maravillosa The Brutalist, sea la mejor opción de los Academy.

 Si por razones del destino ganara Anora, sería una victoria dada las estadísticas y los premios con los que cuenta; credenciales como la Palma de Oro, el PGA, DGA y WGA no son para ignorarse, aunque eso no le quite que sea cuestionable. No es que sea tan mala, pero en mi nunca humilde opinión, me parece que le faltan ciertos aspectos que otras candidatas demostraron sí poseer; concluida la carrera por el Oscar, no nos queda más que esperar el domingo y ver cómo nos sorprenden… O no. 

La recomendación: Ya que andamos en el mood del Oscar, recordemos la película que se lo llevó todo el año pasado; no es otra que una de las obras maestras de Christopher Nolan, Oppenheimer, película que pueden encontrar en Max y que todavía te deja con la emoción al ver uno de los finales más perfectos de la cinematografía.

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