Si hay algo que la historia nos ha enseñado es que no avanza de manera lineal, ni tampoco de manera ordenada y progresiva. Esta segunda década del siglo XXI nos ha dejado claro que el futuro se construye cada día y que las rutas que andamos no necesariamente nos conducen hacia el progreso.
Aunque parezca increíble, este 4 de marzo de 2025 vivimos una realidad muy parecida a aquel futuro distópico descrito en la película Volver al Futuro II (1989), cuando Biff Tannen usa el Almanaque Deportivo para hacerse millonario y se convierte en un dictador del pueblo denominado Hill Valley.
Hoy podríamos imaginarnos que Hill Valley es Estados Unidos y que Biff Tannen es Donald Trump, un personaje que en la década de 1980 comenzó a construir el futuro que vivimos hoy.
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En la película, protagonizada por Michael J Fox, Biff actúa como un tirano político, cuyo mandato ejerce una influencia total sobre el país y que gobierna con desprecio hacia la ley y la democracia.
El paralelismo entre Biff y Trump no es gratuito: el propio equipo de producción ha admitido que Biff se construyó tomando como modelo a Donald Trump, quien en los años 80 ya era una figura mediática con ambiciones de poder.
En una entrevista, el guionista Bob Gale admitió que se inspiró en Donald Trump al momento de crear el personaje de Biff. En eso también ha coincidido Robert Zemeckis, director de la ya clásica película de ficción.
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Hoy el futuro distópico de esa película se está volviendo realidad. Y a nuestro país le va a salir caro tener como vecino a un presidente como Trump, cuyas decisiones llevarán a una etapa de involución histórica.
Para empezar, la decisión de aplicar aranceles de 25% a partir de este martes 4 de marzo será una vuelta en “u” para la historia económica que se ha construido desde hace más de 30 años. Con esa medida proteccionista, de un plumazo el presidente de origen republicano pretende desmantelar las cadenas comerciales que se han forjado mediante largos procesos de integración.
Los impuestos aplicados a las exportaciones desde México y Canadá a Estados Unidos impactarán a varios sectores clave de nuestra economía como el automotriz, el de productos electrónicos y electrodomésticos, manufactura y maquinaria, así como el siderúrgico y aluminio.
El golpe al libre comercio producirá efectos dolorosos para miles de familias que dependen de los productos que se venden a Estados Unidos. La producción y por consiguiente la economía mexicana se contraerá.
La respuesta de México a la guerra arancelaria de Trump la conoceremos hoy en voz de la presidenta Claudia Sheinbaum. Seguramente las medidas serán recíprocas. Pero algo que es claro es que la guerra comercial no beneficiará a nadie.
Lo dicho al principio: la historia no siempre camina hacia adelante. Hoy vivimos un bache que será largo y complicado para nuestro país.
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