Sumario: No se trata de atraer “más” turismo, si no buscar atraer “mejores turistas”, con un sentido de respeto y empatia por los lugares que visitan.

Cada 27 de septiembre el mundo conmemora el Día Internacional del Turismo, una fecha proclamada en 1980 por la Organización Mundial del Turismo (hoy ONU turismo), en coincidencia con el aniversario de la aprobación de sus estatutos en 1970. Desde entonces, esta celebración busca visibilizar la importancia social, cultural, política y económica del turismo, así como impulsar que esta actividad se desarrolle bajo principios de sustentabilidad y responsabilidad compartida.

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El turismo es, sin duda, un motor económico global: genera millones de empleos, dinamiza a las pequeñas y medianas empresas, ofreciendo a los países y regiones una ventana para mostrar al mundo su identidad y riqueza cultural. Sin embargo, este día también nos recuerda que no basta con atraer visitantes; el turismo, mal gestionado, puede generar presiones sobre el medio ambiente, poner en riesgo patrimonios culturales y acentuar desigualdades.

No se trata de atraer “más” turismo, si no buscar atraer “mejores turistas”, con un sentido de respeto y empatia por los lugares que visitan.

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De ahí la importancia de pensar el turismo en clave de futuro. No se trata de sumar estadísticas de llegadas o de ocupación hotelera, sino de crear experiencias que beneficien tanto a los viajeros como a las comunidades anfitrionas. Turismo no es solo consumo, es también educación, conservación y encuentro humano.

El Día Internacional del Turismo surge para invitarnos a repensar el sentido profundo de viajar. Recordarnos que detrás de cada destino hay personas que merecen un desarrollo digno, culturas que deben ser respetadas y ecosistemas que necesitan protección. Es, además, un recordatorio de que el turismo puede ser un puente para la paz y la comprensión entre los pueblos, en un mundo que tanto lo necesita.

Más que un festejo, esta fecha es un compromiso: hacer del turismo una herramienta para transformar positivamente nuestro entorno, garantizar que las generaciones futuras también puedan disfrutarlo, y que cada viaje deje huellas que sumen, no que resten.