Sandy Franco

What To Know

  • La Secretaría de Cultura, esa dependencia tan alejada del manto sagrado de cualquier fuerza política que esté en el poder, apartado que a veces los políticos usan como relleno en sus planes de desarrollo y campañas para llegar a un puesto público.
  • Es destacable el trabajo que hacen espacios como la Cineteca de Tulancingo, que ha perdurado al mismo tiempo que el paisaje que la rodea, pero no creo que sea una molestia tener uno de estos espacios en otro municipio, ¿por qué no.
  • A lo mejor y en lugar de 615 (o 1540) personas que asisten a las muestras, estaríamos hablando de un público que hasta hiciera fila, pero ¿cómo hablar de creación de públicos cuando las audiencias trabajan en horarios que sobrepasan las 8 horas, ganan salarios que los mantienen al día y el fin de semana se resume a un solo día de descanso.

La Secretaría de Cultura, esa dependencia tan alejada del manto sagrado de cualquier fuerza política que esté en el poder, apartado que a veces los políticos usan como relleno en sus planes de desarrollo y campañas para llegar a un puesto público; pero que cuando ya están en el poder, se olvidan de todo y no saben cómo administrarla.

Sin referirme a una dependencia en particular (por el momento), la cultura es eso que los gobiernos han dado en sacrificio para tener más recursos en otros rubros; pareciera que se preguntan a sí mismos: “¿Quién necesita la cultura? Quítale más y hay que hacer estudios de pertinencia sobre el transporte público que no lleven a nada”.

Suscríbete a nuestro canal de WhatsApp y entérate de todas las noticias al instante

La realidad es que cada año se recorta el gasto de este apartado y hay menos oportunidades de crear atmósferas que saquen provecho, den visibilidad o ayuden a los artistas emergentes o consolidados. En México, vivir del arte es una frase que ya se refiere a no obtener ganancias por algo que se hace con el corazón.

¿Por qué este preámbulo de quejas? Parte de las cosas por las que vela la Secretaría de Cultura es el séptimo arte, un punto que también paga con creces el que los gobiernos dejen hasta el final de la lista los asuntos prioritarios. Los fideicomisos se extinguieron, la distribución nunca es pareja, la preferencia está en Hollywood y la fuga de cerebros termina en hate de mexicano a mexicano.

SIGUE LEYENDO: El Frankenstein de Guillermo del Toro

En este espacio he declarado mi descontento con la falta de salas de cine independiente en donde se puedan alojar tanto producciones hollywoodenses como productos mexicanos e impulsar a quienes empiezan a hacer películas con presupuestos apretados, lo cual me lleva a preguntarme: si en Pachuca había por lo menos ocho cines en los años 70, 80 y principios de los 90, ¿por qué nadie pensó en conservarlas, restaurarlas y hacerlas patrimonio y cineteca al mismo tiempo?

Es destacable el trabajo que hacen espacios como la Cineteca de Tulancingo, que ha perdurado al mismo tiempo que el paisaje que la rodea, pero no creo que sea una molestia tener uno de estos espacios en otro municipio, ¿por qué no?, la capital del estado.

Podemos solitos responder a la pregunta anterior y evaluar lo que los gobiernos han hecho desde siempre, priorizar a su manera; los dueños de las propiedades tampoco es que ayuden mucho: compran y demuelen para hacer algo más “rentable”, dan espacio a negocios nacionales o tiendas de conveniencia.

Imaginen que empezamos una cineteca en un espacio como el que está abandonado en las entrañas de El Reloj. Si las secretarías se equivocan con 35 millones de pesos en lugar de 35 mil y antes gastaba en fiestas dentro del Ferrocarril, todo ese dinero pudo haber servido para iniciar un espacio que daría lugar a quienes hacen cine o simplemente les gusta.

¿Ya tendríamos un público formado y acostumbrado a muestras de cine, festivales y estrenos masivos? A lo mejor y en lugar de 615 (o 1540) personas que asisten a las muestras, estaríamos hablando de un público que hasta hiciera fila, pero ¿cómo hablar de creación de públicos cuando las audiencias trabajan en horarios que sobrepasan las 8 horas, ganan salarios que los mantienen al día y el fin de semana se resume a un solo día de descanso?

TE PUEDE INTERESAR: Lo legendario que es Juan Gabriel

Sí es un reclamo; sí estaría bueno que aprendieran a dar datos claros y que las políticas públicas en materia de cultura no solo se resuman en dar cursos de bordado. Funcionarios de cultura, aviéntense al ruedo, que si los pusieron ahí es porque hay algo más que pueden hacer que cobrar su gordo salario… Digo.

La recomendación: ¿Qué significa para algunos el cine? Sam Mendes lo explica en El imperio de la luz, película del 2022 protagonizada por Olivia Colman, una mujer que trabaja en un cine y que, cuando llega el nuevo encargado, ella le enseña el significado de este lugar. Y hasta aquí, ¡Corte y queda!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *