What To Know
- Su hijo lo recordó como un “ser humano extraordinario, bondadoso, inteligente y con un corazón tan grande como su talento”, destacando el cariño que el público brindó a lo largo de su extensa trayectoria.
- Nacido el 18 de julio de 1938 en la Ciudad de México, Eduardo Manzano inició su carrera en la radio y el teatro como imitador de voces, inspirado por figuras como José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”.
- Con su muerte, la cultura popular pierde a una de sus figuras más respetadas, pero su obra permanece como testimonio de la creatividad y entrega que lo acompañaron hasta el final.
El mundo del espectáculo despide a Eduardo Manzano, uno de los rostros más queridos de la comedia mexicana y pieza fundamental del histórico dúo “Los Polivoces”.
El actor y comediante falleció a los 87 años, noticia confirmada por su hijo, el también comediante Lalo Manzano, quien le dedicó un mensaje lleno de afecto y gratitud.
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Su hijo lo recordó como un “ser humano extraordinario, bondadoso, inteligente y con un corazón tan grande como su talento”, destacando el cariño que el público brindó a lo largo de su extensa trayectoria.
“Mi padre ha partido de este mundo”, escribió, reconociendo también a quienes han enviado muestras de cariño tras la pérdida.
Una carrera longeva
Nacido el 18 de julio de 1938 en la Ciudad de México, Eduardo Manzano inició su carrera en la radio y el teatro como imitador de voces, inspirado por figuras como José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”.
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Su talento lo llevó en 1959 al programa “La Hora del Imitador”, donde conoció a Enrique Cuenca. Aquella coincidencia profesional dio origen al emblemático dúo “Los Polivoces”, inicialmente un trío que pronto se consolidó como dupla, debutando en el Teatro Ideal.
Durante los años 60 y 70, “Los Polivoces” conquistaron México y Latinoamérica con su programa televisivo y una serie de películas como “Agarrando parejo” (1964), “Tres mil kilómetros de amor” (1967) y “El aviso inoportuno” (1968).
De su creatividad nacieron personajes inmortales como Agallón Mafafas, Gordolfo Gelatino, Don Teofilito y Wash and Wear, figuras que marcaron generaciones y establecieron al dúo como estandarte del humor mexicano. Tras bambalinas, Manzano era también el responsable de la administración, asegurando contratos y giras exitosas.
Su talento no se detuvo ahí. En décadas posteriores brilló en cine y televisión con producciones como “Escuela para brujas” (1990), “Yo hice a Roque III” (1993) y su entrañable papel de Arnoldo López en la popular serie “Una familia de diez” desde 2007.
Además, prestó su voz para animaciones como Nikté, manteniéndose vigente como uno de los grandes maestros de la imitación.
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Con su muerte, la cultura popular pierde a una de sus figuras más respetadas, pero su obra permanece como testimonio de la creatividad y entrega que lo acompañaron hasta el final.
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