Cuando Netflix lanza un estreno, hay dos cosas que pueden pasar: puede que pase desapercibido y se quede en medio de todo el catálogo o que se convierta en un fenómeno que se replique constantemente en las redes sociales y capte la atención de la audiencia, Bebé Reno es uno de esos ejemplos, el más reciente.
¿Qué es eso de Bebé Reno? No sé si quienes ya la vieron les pasó lo mismo, pero en primera instancia y desde el título, pudiera sonar a un producto para niños o una serie de comedia, incluso pasó por mi cabeza que era un documental con tintes de suspenso sobre algo que hubiera pasado en Estados Unidos o en Europa, no estaba tan lejos.
No les quiero contar mucho, así que trataré de no spoilear. Bebé Reno es una serie que aborda la vida de Donny, un comediante al que no le ha ido nada bien en la vida, trabaja en un pub mientras la fama le llega con su show de comedia, pero en ese mismo periodo de su vida, conoce un día a Martha, una mujer que llega al pub con una tristeza enorme, la compasión de Donny hace que le ofrezca una taza de té.
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Y justamente ese acto de compasión y “pena” como él lo llama, hace que Martha se interese más y más en él, es ahí cuando se desata una serie de hechos que se van complicando a medida que transcurre la trama, porque Martha se obsesiona con Donny a un nivel de terror.
Podríamos decir que esa es la premisa fundamental de Bebé Reno, escrita, producida y hasta actuada por Richard Gadd a quien en la vida real le sucedió todo lo que cuenta en 7 capítulos, 6 de media hora y uno de casi una; Gadd pone a sus personajes en ambos lados de la moneda, nos hace reflexionar y en algún momento, erróneamente a juzgar.
Aunque al principio, la trama de Baby Reindeer (como se llama en inglés), se centra en poner como villana a Martha, la historia tiene otros personajes más oscuros, adquiere sus nudos con las actitudes de Donny, mismos que se desenredan de una forma nada amable.
Además de abordar el acoso y el abuso, Bebé Reno alude a la búsqueda de la felicidad y de la aceptación en la sociedad, la falta de compromiso de las leyes con casos tan graves y esa línea delgada entre un gesto empático y la intromisión a lugares de la privacidad de las personas intocables.
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No es una comedia negra como podría parecer hasta cierto punto, es un drama totalmente crudo que engancha a la primera, brutal a su modo en cada uno de los capítulos, donde Donny tiene un desarrollo duro, con un episodio fuerte en el que se justifica su forma de actuar y con una catarsis que en algún momento de la vida se vuelve tan necesaria.
Bebé Reno es el número uno de Netflix con justa razón, no se puede ver un día sí y uno no, no es pesada o tediosa en el sentido que se tome más del tiempo necesario para poner en la pantalla el conflicto en su más estado puro; es perfecta en cuanto a actuaciones y el final los dejará pensando más de lo debido. Véanla, vale mucho la pena, de mí se acuerdan si no. Mientras tanto ¡Corte y queda!, no precisamente escrito desde un iPhone.
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