Los gobiernos de los estados, y el federal, instituyeron desde hace generaciones, las casas exclusivas para el gobernante, así Maximiliano y Carlota vivían en el Castillo de Chapultepec y, en su momento, se construyeron mansiones ex profesas y la llamaban Casa de gobierno. Hoy van cambiando las cosas.
Al llegar al poder el expresidente Andrés Manuel López Obrador, de inmediato rechazó vivir en Los Pinos, residencia del presidente en turno. Anunció que se convertiría en centro cultural para que la visitaran todas y todos los mexicanos.
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Realizaron obras de rehabilitación y adaptación para abrir un poco más los espacios para la gente. Al inmueble ahora se le conoce como Los Pinos pero ya, efectivamente, como centro cultural.

Se presentan actividades culturales de todo tipo y, entre ellas, un programa dedicado a la cultura de los estados. Así, este fin de semana, el invitado fue Hidalgo. Toda la magia, colorido, sabor y tradición, se hicieron presentes en los jardines y foros de Los Pinos. Fue, verdaderamente, agradable ver a las comitivas de los municipios con sus trajes, sus bailes, costumbres y tradiciones, además de los sabores al paladar, porque acudieron también con platillos de la región.
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Toda una estampa de belleza y nostalgia por la historia que ha tenido el estado se vieron reflejadas en esa casa a la que antes sólo entraban las visitas del presidente y ocupaba su familia.
Me parece un acierto de esta decisión que, por cierto, desde el sexenio pasado en el estado de Puebla, también la Casa Puebla, ubicada en Los Fuertes, se convirtió en centro cultural y ahora está abierta a todo el público que acude a todo tipo de actividades culturales y se ha convertido en un lugar de expresión artística para las y los creadores, principalmente de la entidad.

Por cierto, en Hidalgo, la que se llamó Casa de Gobierno se anunció en el inicio de esta administración, que sería convertida en oficinas. Las obras comenzaron, pero se detuvieron por falta de presupuesto, según se anunció. Esa casa nunca fue ocupada por dos ex gobernadores y tampoco por el actual.
Así que vaya la conversión de los inmuebles que fueron institucionales para vanagloriar a una persona con lujos y decoraciones costosas, cuando ahora se abren a la población para que disfrute de espacios compartidos de recreación.

Esperamos que en Hidalgo pronto se anuncie la continuación de las obras de lo que dejó de ser la Casa de Gobierno.
Mi abrazo solidario para la familia del compañero Jorge Martínez López, por su pronta recuperación.
Nos encontramos el lunes en estos Destinos y relato para InfoLibre.
- De casa del gobernante a centro cultural
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