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El pasado sábado 4 de enero la presidenta Claudia Sheinbaum concretó su primera visita del año a Hidalgo, al encabezar en Tepeapulco la entrega de tarjetas para pensiones del Bienestar.

Y en el Altiplano hidalguense, la mandataria refrendó su compromiso para revertir la alta contaminación en Tula. Fue en conferencia de prensa donde reveló que la planta termoeléctrica Francisco Pérez Ríos será reconvertida, lo que significa que dejará de usar combustóleo para producir electricidad y en cambio funcionará con gas natural.

Este cambio, según Sheinbaum, busca reducir significativamente las emisiones contaminantes y de gases de efecto invernadero.

También explicó que la reconversión de la planta operada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) incluirá la instalación de plantas de ciclo combinado, cuyo mecanismo promete mayor eficiencia ya que utiliza una turbina de gas y una planta termoeléctrica que reutiliza los gases de escape.

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Según información difundida por empresas del sector energético, al quemar gas natural, las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) por unidad de energía son entre 30 y 40% menores en comparación con el combustóleo.

Además, se explica que el gas natural está compuesto principalmente por metano (CH₄), que es el hidrocarburo más simple y que, al quemarse, produce una mayor proporción de energía en comparación con las emisiones generadas.

Por otra parte, “el combustóleo suele contener altas concentraciones de azufre, lo que genera emisiones significativas de óxidos de azufre (SOₓ), responsables de la lluvia ácida”.

En contraste, el gas natural contiene cantidades insignificantes de azufre, “lo que casi elimina las emisiones de óxidos de azufre”.

Otro efecto positivo de la reconversión, es que la combustión del combustóleo produce una gran cantidad de material particulado (hollín), compuesto por cenizas, metales y otras partículas contaminantes, mientras que, con el gas natural, se tiene una combustión más eficiente debido a su composición química más simple.

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Es decir, que, aunque sigue siendo un combustible fósil, el gas natural es menos contaminante porque genera menos gases de efecto invernadero, no produce lluvia ácida, y emite menos hollín.

El anuncio que hizo la presidenta Claudia Sheinbaum el pasado 4 de enero es de la mayor relevancia porque se traduce en un ambiente más limpio para los habitantes de la región de Tula, que sufren un auténtico infierno ambiental, no sólo por la contaminación atmosférica típica de la zona, sino también por los residuos que llegan a través del río Tula.

Por su formación académica, Sheinbaum sabe perfectamente de los alcances de la reconversión de la termoeléctrica, que se suma al plan para sanear el río Tula, y al proyecto para crear una planta que servirá para reutilizar los residuos que se producen en esa misma región.

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