What To Know
- Es una palabra común que se utiliza para hacer referencia a aquellos que beben en exceso, sin embargo el origen de la palabra es un tanto pintoresco, pues data de los tiempos en los que las mercancías se transportaban vía tren (lo que incluía grandes cantidades de pulque que viajaban desde Tlaxcala, Puebla e Hidalgo hasta la capital), y las personas que laboraban en las estaciones bebían un té de hojas durante la madrugada para mitigar el frío, que regularmente tenía un costo de 5 centavos, pero con la posibilidad de agregar un par de onzas de aguardiente por 3 centavos más.
- Una frase comúnmente utilizada cuando alguien llega al límite de su resistencia al momento de beber, que proviene de la manera tradicional de transportar el pulque, en cueros de animal, principalmente cerdo o chivo, que al momento de ser llenados hasta el tope tenían el líquido hasta la altura de las manitas del animal.
- El origen de esta frase, según se platica en las barras, proviene del mercado de La Merced, en donde los trabajadores usualmente utilizaban un chile partido por la mitad como vaso para ingerir los tradicionales destilados mexicanos (tequila, mezcal) o aguardiente, y al acompañar estas bebidas de sus alimentos y durante su hora de descanso, no llegaban a emborracharse totalmente.
A propósito de la conmemoración de la Revolución Mexicana, ¿sabías que algunas de las frases más comunes de las cantinas datan de esa época? Aquí te comparto algunos ejemplos, no sin antes recordar que en Pachuca aún podemos encontrar cantinas que ya brindaban servicio en su barra en aquellos tiempos, el Salón Pachuca siendo la más antigua abrió sus puertas en los primeros años del siglo XX.
Suscríbete a nuestro canal de WhatsApp y entérate de todas las noticias al instante
Teporocho
Es una palabra común que se utiliza para hacer referencia a aquellos que beben en exceso, sin embargo el origen de la palabra es un tanto pintoresco, pues data de los tiempos en los que las mercancías se transportaban vía tren (lo que incluía grandes cantidades de pulque que viajaban desde Tlaxcala, Puebla e Hidalgo hasta la capital), y las personas que laboraban en las estaciones bebían un té de hojas durante la madrugada para mitigar el frío, que regularmente tenía un costo de 5 centavos, pero con la posibilidad de agregar un par de onzas de aguardiente por 3 centavos más; es decir: un “te por ocho” centavos. Así fue como las personas que bebían desde la madrugada se ganaron el mote de “teporocho”.

La cantina “El Tapatío” fue famosa hace algunas décadas por su té de hojas que servía con aguardiente como remedio para la resaca y el frío pachuqueño durante las primeras horas del día.
Viene “hasta las manitas”
Una frase comúnmente utilizada cuando alguien llega al límite de su resistencia al momento de beber, que proviene de la manera tradicional de transportar el pulque, en cueros de animal, principalmente cerdo o chivo, que al momento de ser llenados hasta el tope tenían el líquido hasta la altura de las manitas del animal. Aunque ya no se transporta de esta manera puedes encontrar un delicioso pulque en la entrada del barrio mágico del arbolito, en la cantina Don Cu, que fue inaugurada en la década de los 30´ del siglo pasado.
LEE: Tianguis de Pueblos Mágicos 2025: La Guía de Destilados y Fermentados
“A medio chiles”
El origen de esta frase, según se platica en las barras, proviene del mercado de La Merced, en donde los trabajadores usualmente utilizaban un chile partido por la mitad como vaso para ingerir los tradicionales destilados mexicanos (tequila, mezcal) o aguardiente, y al acompañar estas bebidas de sus alimentos y durante su hora de descanso, no llegaban a emborracharse totalmente.

“A ojo de buen cubero”
Una frase común que hace referencia al estilo de servir los tragos en las cantinas, en “caída libre”. Este estilo hace referencia a la capacidad del cantinero o bartender de preparar la bebida sin utilizar instrumentos como el jigger que mide la cantidad de onzas para preparar los tragos. La frase tiene su origen en el oficio artesanal de “cubero”, la persona dedicada a la elaboración de cubas de madera, contenedores para almacenar vino que debían tener la misma medida, pero carecían de instrumentos para elaborarlos con exactitud, así que dependía del talento del artesano. Es oportuno señalar que la habilidad de servir los tragos en “caída libre” es producto de la experiencia que da el paso del tiempo, sin embargo en cocteles más elaborados siempre se recomienda utilizar algún medidor para preservar la receta dado el gran número de ingredientes.
Me permito cerrar este pequeño texto al destapar una cerveza y recordando una frase de mi padre, porque es viernes y ¡El Niño tiene Sed!



