KATHYA MORENO

“El turismo local es una herramienta poderosa para fortalecer nuestro sentido de pertenencia. Al fin y al cabo, como bien dicen: “no se ama lo que no se conoce”.

Cada año, es común conversar sobre los planos para las vacaciones decembrinas. Aunque no todos tenemos la fortuna de emprender viajes con fines turísticos, es evidente que muchos hidalguenses no se sienten motivados a explorar su propio estado como viajeros o turistas. Por la naturaleza de estas festividades, solemos visitar a familiares para celebrar juntos, pero rara vez consideramos hacer turismo en Hidalgo siendo hidalguenses.

Estoy convencida de que el turismo local es una herramienta poderosa para fortalecer nuestro sentido de pertenencia. Al fin y al cabo, como bien dicen: “no se ama lo que no se conoce”. Además, es una excelente forma de impulsar la economía local y de fomentar que más hidalguenses descubran las maravillas culturales y naturales que nos ofrece nuestro estado.

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Me he puesto a reflexionar: ¿Qué pasaría si estas vacaciones decembrinas nosotros como hidalguenses, le dedicáramos tan sólo un fin de semana a explorar Hidalgo? Ser un turista en nuestra propia tierra, descubriendo y maravillándose por lo que hay alrededor, dejando atrás esa mentalidad malinchista de pensar que “no hay nada”.

Estoy segura de que hay rincones de Hidalgo que mucha gente aun no tenido la oportunidad de conocer, y estas vacaciones podrían ser el momento perfecto para empezar.

Quizás por primera vez alguien conozca La Joya en Pisaflores, o caminen sobre Las Dunas Rojas “Un pedacito de Marte” en Pacula, y puede que tengan la fortuna de ver cómo preparan la carne asada sobre piedras (una delicia por cierto). Incluso, pasear por la capital y patinar en la pista de hielo, o quizás conocer las entrañas del campanario en El Reloj Monumental, un museo o alguna mina de Real del Monte, por mencionar algo.

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El turismo local no sólo es una oportunidad de redescubrimiento personal, sino también una manera de contribuir al desarrollo de nuestras comunidades. Cada peso gastado en pequeños negocios, restaurantes familiares y servicios locales se traduce en apoyo directo para la economía de Hidalgo. Imaginemos que en lugar de buscar destinos lejanos, optamos por explorar lo que está al alcance de nuestra madre.

Al visitar mercados, probar platillos típicos o participar en festividades regionales, mantenemos vivas las raíces que nos conectan como hidalguenses.

Hidalgo tiene mucho que ofrecer: desde sus Pueblos Mágicos como Huichapan y Acaxochitlán, hasta sitios menos conocidos, pero igual de impresionantes, como las Grutas de Xajhá en Zimapán o el parque turístico Madhó en Alfajayucan. Hay rincones para todos los gustos, ya sea que busques aventura, tranquilidad o simplemente un momento para admirar la belleza natural que nos rodea.

Así que este diciembre, antes de descartar la idea de quedarte en el estado, reflexiona sobre todo lo que puedes descubrir y aportar siendo turista en tu propia tierra. Hidalgo está lleno de historias, sabores y paisajes que esperan ser descubiertos. Y quién sabe, quizás este viaje no sólo sea una aventura externa, sino también un reencuentro con lo que significa ser.

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