What To Know
- Protegida con una sudadera azul oscura, ve que el sol se oculta y con las manos en los bolsillos se protege del fuerte frío y el viento de la ciudad que emerge entre el alumbrado público, pues la mujer esperará hasta las nueve de la noche.
- Lo deseable sería replicar la actitud de Doña Leticia ante la adversidad, cuyo hijo es maestro de la secundaria de Coamelco, o tomar como ejemplo a las alumnas de Enfermería de la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAEH) que reúnen víveres fuera de tiendas comerciales del Palmar y Tulipanes para habitantes de San Bartolo Tutotepec, municipio que también fue castigado por las fuertes lluvias.
- La noche del lunes, Doña Leticia terminará su jornada ya entrada la noche y al día siguiente, luego de hacer sus tamales para sacar la cuenta del día, acudirá a la plaza Juárez de Pachuca con tal de solicitar que las autoridades trasladen a un bebé que permanece en Coamelco y que necesita atención médica urgente.
Frente al Reloj de Pachuca, doña Leticia coloca una pequeña mesa donde recibe víveres para los pobladores de Coamelco, perteneciente a Tianguistengo, una de las 111 localidades de Hidalgo incomunicadas luego de las intensas lluvias que provocó el huracán Priscila la semana pasada.
La mujer vende tamales en la capital del estado y cuando se enteró que sus paisanos necesitaban ayuda, instaló el centro de acopio, junto con otras mujeres originarias de Coamelco, quienes se turnan para recibir los víveres con el objetivo de reunir una tonelada de ayuda.
Suscríbete a nuestro canal de WhatsApp y entérate de todas las noticias al instante
Con el paso de las horas, llega una bolsa negra en cuyo interior hay ropa. Alguien más entrega un paquete de agua embotellada, papel higiénico, bolsas de arroz y sopas de fideo, además de aceite y chícharos enlatados.
Emocionada, Doña Leticia observa que lentamente la mesa se va llenando de ayuda de los habitantes de Pachuca. Protegida con una sudadera azul oscura, ve que el sol se oculta y con las manos en los bolsillos se protege del fuerte frío y el viento de la ciudad que emerge entre el alumbrado público, pues la mujer esperará hasta las nueve de la noche. Así durante la actual semana.
SIGUE LEYENDO: Osorio Chong: PRI, crónica del fin
Lo deseable sería replicar la actitud de Doña Leticia ante la adversidad, cuyo hijo es maestro de la secundaria de Coamelco, o tomar como ejemplo a las alumnas de Enfermería de la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAEH) que reúnen víveres fuera de tiendas comerciales del Palmar y Tulipanes para habitantes de San Bartolo Tutotepec, municipio que también fue castigado por las fuertes lluvias.
La noche del lunes, Doña Leticia terminará su jornada ya entrada la noche y al día siguiente, luego de hacer sus tamales para sacar la cuenta del día, acudirá a la plaza Juárez de Pachuca con tal de solicitar que las autoridades trasladen a un bebé que permanece en Coamelco y que necesita atención médica urgente. Un logro de los casi 300 pobladores de esta localidad que colinda con Veracruz, pues en la tarde aterrizará un helicóptero que dejará víveres y después trasladará al menor de edad al Hospital del Niño DIF, en la capital del estado.
Las noticias de la desgracia nos llegan poco a poco, lentamente nos enteramos de la magnitud de la catástrofe. El fotógrafo Alfredo Estrella Ayala cuenta en sus redes sociales que tardó cuatro días para llegar a Huehuetla, “a pie y otros tramos en vehículos particulares de los habitantes de la zona”.
Sus imágenes reflejan la tragedia: un hombre con sombrero carga un costal sujeto a la espalda, sostiene un palo con la mano izquierda mientras avanza entre el lodo, sus pies protegidos con botas de plástico. Amontonados y en desorden, cientos de zapatos permanecen en el suelo mojado y da escalofríos pensar qué sucedió con sus dueños, dónde estarán. Autos volcados, aplastados por pedazos de concreto, postes de luz derribados, casas arrancadas desde los cimientos donde unos cuantos castillos permanecen de pie de puro milagro, como para dar entender de que ahí antes había una vivienda. Los restos de una calle llena de escombros, muebles destruidos, neumáticos, recipientes cubiertos de tierra húmeda y hombres y mujeres que buscan entender el porqué de todo aquello, si acaso existe alguna explicación.
TE PUEDE INTERESAR: ¿No tiene agua? Nosotros tampoco
En tanto, mientras los habitantes de Pachuca avanzan deprisa para cumplir con los horarios de lo cotidiano y las farolas alumbran aceras y monumentos, doña Leticia suelta una frase con una amplia sonrisa que puede ser el resumen de su vida, una declaración de principios, digna y honesta: Hidalgo se va a levantar.
- Te interesa; Adelantan pago de ventanilla 1 del Bienestar en Hidalgo por lluvias
- Hidalgo se va a levantar
- Portada