Piernas de Plata

Las lluvias que han caído en territorio estatal, además de los indudables beneficios como antídoto contra la sequía, han traído efectos secundarios que también son motivo de preocupación entre la ciudadanía.

No es solo el temor a que se repitan inundaciones como la que castigó a Tula el 7 de septiembre de 2021, sino que también preocupa el pésimo estado en el que ya se encuentran carreteras, calles, avenidas y bulevares estatales.

Basta tratar de circular por las calles de la capital del estado para darse cuenta del estado ruinoso en que se encuentran debido a las precipitaciones. Si ya de por sí estaban para llorar, ahora las calles en algunas partes se encuentran casi intransitables.

Y no solo es el riesgo de que los coches sufran daños en la suspensión o en las llantas, sino que la posibilidad de accidentes es latente. Este opinador es testigo de la formación de oquedades que representan un riesgo mortal para los conductores, pues no se aprecian al transitar de noche en vías rápidas, lo cual puede llevar a volcaduras u otro tipo de percances debido a la profundidad y dimensión de los baches.

El problema del abandono de las calles en la capital del estado es añejo, aunque hizo crisis en el gobierno de la panista Yolanda Tellería, quien alguna vez en entrevista reconoció que para arreglar todas las calles de la capital se necesitaría destinar todo el presupuesto íntegro de un año a ese rubro, lo cual es inviable porque no es posible que se deje de gastar en otros renglones, empezando por el salario de los trabajadores que se lleva casi la mitad del pastel presupuestal de Pachuca.

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El gobierno de Sergio Baños de plano se ha declarado incapaz de solucionar el problema, con el argumento de que el presupuesto no alcanza. Y no le ha quedado de otra que agradecer el apoyo de la administración de Julio Menchaca, quien desde su llegada reconoció que arreglar las calles capitalinas era un asunto urgente.

La manera en que se ha dado una manita de gato a las calles y avenidas de Pachuca ha sido mediante el apoyo de Petróleos Mexicanos, vía la Oficialía Mayor, según se puede leer en los letreros que informan de las obras llevadas a cabo en algunas vialidades capitalinas.

No obstante, frente al abandono casi total, el esfuerzo se queda muy corto. Hoy las lluvias han disminuido la gravedad de la sequía que castiga a todo el estado, pero detonaron otra crisis: la del pésimo estado de las calles.

El gobierno de Julio Menchaca tendrá que echar mano de soluciones creativas para combatir este problema que se aprecia superior al dinero disponible en las arcas estatales. También, el próximo alcalde Jorge Reyes deberá superar a sus antecesores respecto a su capacidad de responder a la demanda ciudadana de tener calles dignas, al menos transitables.

Llegó la hora de que Morena demuestre que sus gobiernos son diferentes a sus antecesores, que fueron incapaces siquiera de empezar a revertir el deterioro de las calles.

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