¡La Región Tolteca Grita Basta!

Lo que tienes que saber

Los integrantes del movimiento “No al basurero en Atitalaquia”, denunciaron la profunda degradación ambiental que se vive en el territorio y las irregularidades en el proyecto del Parque Ecológico y de Reciclaje, promovido por autoridades estatales y federales.
Mencionaron que la planta de tratamiento de aguas residuales de Tula, a pesar de la inversión, no cumple con las normas ambientales, por lo que el río continúa recibiendo descargas contaminantes.
La falta de foros abiertos y la información parcial por parte de las autoridades, limitan la capacidad de decisión informada de las comunidades.

Denuncia de crisis ambiental y falta de transparencia

La crisis ambiental de la Región Tolteca (Atitalaquia, Tula, Tlaxcoapan y Atotonilco), vuelve a quedar expuesta. Fue durante una conferencia pública, donde vecinas, vecinos, especialistas y representantes comunitarios, alzaron la voz. Los integrantes del movimiento “No al basurero en Atitalaquia”, denunciaron la profunda degradación ambiental que se vive en el territorio y las irregularidades en el proyecto del Parque Ecológico y de Reciclaje, promovido por autoridades estatales y federales.

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113 días de alta contaminación y cero información

Durante el encuentro, las y los participantes expusieron un dato escalofriante: la región acumuló 113 días consecutivos de alta contaminación atmosférica, sin que la población recibiera notificación oficial. Una especialista calificó esta omisión como una grave violación al derecho a la información y a una vida digna.

También se recordó que investigaciones financiadas por CONAHCYT, han detectado niveles preocupantes de contaminación en agua, suelo y aire, así como la presencia de sustancias cancerígenas. Sin embargo, los resultados, a pesar de su relevancia, no han sido entregados a la comunidad.

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Testimonios: Comunidad y territorio enfermos

Vecinas y vecinos compartieron testimonios sobre el aumento de enfermedades en las últimas décadas: tumores, cáncer, insuficiencia renal y múltiples padecimientos respiratorio. Consideran que estos problemas de salud están directamente relacionados a la constante exposición a contaminantes industriales y la quema de basura en tiraderos. Una de las participantes resumió el sentir colectivo: “Alzamos la voz por quienes ya no están”.

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La carga industrial y sus venenos

Un especialista detalló las graves emisiones industriales: diferentes empresas generan gases de efecto invernadero, dióxido de azufre y dioxinas, estas últimas consideradas entre las sustancias más peligrosas creadas por el ser humano.

En la región operan siete plantas cementeras, muchas de las cuales utilizan residuos peligrosos y urbanos como combustible, incrementando los riesgos ambientales y sanitarios. Estudios coordinados por CONAHCYT muestran que las enfermedades cardiovasculares y respiratorias están tres veces por encima del promedio nacional y los cánceres se presentan cinco veces más que en resto del país.

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Preguntas sin respuestas de un proyecto con opacidad

Las comunidades también denunciaron fallas graves en programas gubernamentales. Mencionaron que la planta de tratamiento de aguas residuales de Tula, a pesar de la inversión, no cumple con las normas ambientales, por lo que el río continúa recibiendo descargas contaminantes.

En el plano jurídico, explicaron que la declaratoria del Parque Ecológico se basa en una ley que permite a SEMARNAT, adjudicar directamente la operación del polígono a empresas privadas hasta por 25 años. Una de las preocupaciones es la proporción: solo el 2% del predio será destinado a investigación, mientras que el 95% estará orientado a procesos industriales, lo cual demuestra que es más una nueva área industrial que un parque. Además, no existe una Manifestación de Impacto Ambiental disponible para consulta pública.

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La consulta del 14 de diciembre: ¿Participación o simulación?

Los participantes cuestionaron la legitimidad de la consulta ciudadana, programada para el 14 de diciembre. Denunciaron que no es una votación vinculante, sino una encuesta de opinión sin garantías de imparcialidad ni mecanismos claros de impugnación. La falta de foros abiertos y la información parcial por parte de las autoridades, limitan la capacidad de decisión informada de las comunidades.

Un llamado a la vida y a la verdadera justicia ambiental

Las voces coincidieron: la región no soporta más cargas ambientales. Recordaron que Tula y sus alrededores reciben aguas residuales de millones de personas, además de enfrentar la contaminación de la termoeléctrica y múltiples industrias.

No están en contra de nuevos proyectos, sin embargo, consideran que el proyecto del Parque Ecológico no es una solución real. Han propuesto alternativas como estrategias de basura cero, tratamiento adecuado de aguas residuales y proyectos agroecológicos comunitarios.

Recordaron, además, los riesgos que se enfrentan las personas defensoras del territorio y el medio ambiente, mencionando los asesinatos de Jesús Bañuelos Acevedo (2022) y Abisaí Pérez Romero (2023).

Finalmente, convocaron a la población a manifestarse el sábado 13 de diciembre en Tlaxcoapan, para exigir justicia ambiental, transparencia y un modelo de desarrollo que priorice la salud y la vida. Concluyeron con una frase fuerte: “El medio ambiente no es un experimento político; la salud no es un lujo, es vida”.

Es indispensable voltear a ver a estas comunidades que han sobrevivido años de contaminación en su territorio. Las promesas vacías para el pueblo no deben traducirse en bolsillos llenos para empresas y gobiernos.