Este martes 5 de noviembre el pueblo de Estados Unidos elegirá a quien dirigirá el destino de la nación. Y no hay que perder de vista que la decisión que tomen los norteamericanos tendrá efectos directos sobre quienes vivimos en México, aunque el escenario será sombrío si llega a ganar el republicano, Donald Trump.
Por eso, esta reflexión está enfocada a impedir cualquier voto a favor de un político cuyo mandato tensó las relaciones entre México y Estados Unidos durante su administración, y que significó un negro periodo de incertidumbre para nuestros compatriotas que viven en el norte.
Sólo basta recordar que las políticas de Donald Trump generaron tensiones diplomáticas, un aumento en la discriminación y un impacto directo en la vida de las familias inmigrantes mexicanas.
Cómo olvidar que, durante su primera campaña a la presidencia, en 2015, Trump calificó a los mexicanos como criminales y traficantes de drogas, lo que contribuyó a un clima de estigmatización y discriminación hacia nuestros paisanos en Estados Unidos.
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Tampoco hay que dejar de tener en cuenta su obsesión con ampliar el muro en la frontera para detener la inmigración ilegal. Por eso, vimos que durante su mandato se redirigieron fondos de diferentes programas federales para ampliar el muro, al tiempo que insistía en que nuestro país pagaría por la obra, aunque finalmente no lo consiguió.
Otra agresión durante su gobierno fue su política llamada de “tolerancia cero”, que provocó la separación de miles de familias en la frontera. Esto, porque los padres inmigrantes indocumentados fueran procesados penalmente, mientras que sus hijos menores eran retenidos en centros de detención separados. Esta política causó un daño profundo a las familias y generó una crisis humanitaria.
Antes de emitir el voto este martes, se debe tener en cuenta que Trump intensificó las operaciones de deportación y las redadas de inmigración en comunidades de todo Estados Unidos y agarró parejo, incluso a personas sin antecedentes penales y con lazos familiares en Estados Unidos.
En materia de comercio internacional, es necesario traer a la memoria que el hoy candidato amenazó con imponer aranceles a productos mexicanos en caso de que el gobierno de México no detuviera la migración centroamericana, lo que generó incertidumbre económica y tensiones entre ambos países.
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Esto es lo que ya hizo Trump, pero de ganar el escenario podría repetirse e incluso empeorar. En su actual campaña, ya hizo patente su intención de imponer aranceles de 200% a los automóviles importados desde México. Con esto, lo que quiere es presionar a nuestro país para que coopere en seguridad fronteriza y lucha contra el narcotráfico. Sabe que el comercio automotriz es clave para nuestro país. Incluso ya provocó que la automotriz Tesla pospusiera sus planes para invertir en Nuevo León.
Otra de sus medidas radicales difundidas en su actual campaña es la idea de que el ejército estadounidense realice operaciones en nuestro territorio para combatir el narcotráfico, mediante el uso de drones contra cárteles, sin importarle que con esa acción pasaría por encima de nuestra soberanía.
Por esos y otros argumentos, la comunidad hispana y mexicana debe rechazar con su voto la posibilidad de que Donald Trump llegue una vez más a la presidencia de Estados Unidos. Y no es que la llegada de Kamala Harris sea la panacea, sino que al menos nos ahorraríamos cuatro años de incertidumbre en nuestra relación con nuestro vecino del norte, con el que no sólo compartimos frontera, sino también relaciones comerciales e incluso familiares.
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