Lo que tienes que saber

  • Gracias a la inspiración de músicos provenientes de diversos lugares, los cánticos navideños toman importancia, y compositores crean villancicos inspirados en coplas interpretadas por villanos o habitantes de villas.
  • No todos los villancicos están escritos en latín, alemán, inglés, castellano o portugués, también se cantaron en guineo, náhuatl, y en negrito, negrillo o negro, el castellano tal y como lo pronunciaban en la época virreinal los esclavos traídos por los peninsulares a la Nueva España.
  • Sus composiciones sencillas, pero de gran valía, se interpretaron en maitines de iglesias, como la Catedral de Puebla, deleite suntuoso y acogedor, recreando momentos del nacimiento del Mesías y en algunos casos evocando a San Pedro Nolasco, libertador y abogado de las causas de las personas en esclavitud y prisión, teniendo sumo cuidado de no provocar la ira del temible Santo Oficio.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana llegó al mundo el 12 de noviembre de 1651 en Nepantla.

Brillante mujer, Sor Juana Inés de la Cruz fue religiosa y extraordinaria escritora del Siglo de Oro en la Nueva España, de inteligencia sobresaliente y legado inigualable. Dio aportes a la música y el canto, componiendo villancicos que en la navidad de 1689 fueron un deleite.

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Pastorelas y villancicos formaron parte de festivales en la Nueva España, que recibió colorido y júbilo por conmemorar la natividad.

En el Nuevo Mundo, templos y atrios albergaban representaciones de autos alegóricos, para evangelizar; luego plazas públicas se adornaron para recibir a actores con historias de pastores, ángeles, Jesús, José, María y la escena del nacimiento.

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En Cuernavaca se efectúa la primera pastorela en 1527, La Comedia de los Reyes, y luego La Natividad Gozosa de Nuestro Salvador, para 1530. Los nacimientos dejaron de tener figuras reales, y se sustituyeron por figuras de barro. Para 1528 se manifestaba la primera navidad en la Nueva España, impulsada por Fray Pedro de Gante, con piñatas y hermosas flores de nochebuena.

Gracias a la inspiración de músicos provenientes de diversos lugares, los cánticos navideños toman importancia, y compositores crean villancicos inspirados en coplas interpretadas por villanos o habitantes de villas.

Cantos espirituales y litúrgicos adquieren matiz especial, los villancicos se vuelven indispensables en posadas y conciertos navideños.

No todos los villancicos están escritos en latín, alemán, inglés, castellano o portugués, también se cantaron en guineo, náhuatl, y en negrito, negrillo o negro, el castellano tal y como lo pronunciaban en la época virreinal los esclavos traídos por los peninsulares a la Nueva España.

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Al Fénix de América le gustaban los villancicos; sus composiciones sencillas, pero de gran valía, se interpretaron en maitines de iglesias, como la Catedral de Puebla, deleite suntuoso y acogedor, recreando momentos del nacimiento del Mesías y en algunos casos evocando a San Pedro Nolasco, libertador y abogado de las causas de las personas en esclavitud y prisión, teniendo sumo cuidado de no provocar la ira del temible Santo Oficio.

La Décima Musa murió el 17 de abril de 1695; siglos después de su partida aún sentimos la alegría de sus composiciones navideñas, que nos introducen un sutil gozo ante los ritmos primorosos dedicados al nacimiento del Niño Dios.

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