Joselyn Sánchez

Tula se cae a pedazos, literal y metafóricamente, y es que, la pandemia, el saqueo gubernamental y la inundación no han dejado más que averías en una ciudad cada vez más deteriorada. La atención es urgente y no, no se va a curar con un “mejoralito”, necesita una “cirugía mayor”, ¡Ya!, ¡Ahora!

Aunque las problemáticas son muchas, una de las más serias es la contaminación, la cual genera serios problemas de salud en el municipio y zonas aledañas, pero, también se está generando un serio problema en la zona arqueológica, en donde la contaminación está contribuyendo al deterioro de los atlantes.

Recuerdo que hace algunos años, el gobierno municipal de Gadoth Tapia buscaba convertir a Tula en Pueblo Mágico, y, la idea encantó a más de uno, sin embargo, fue sólo una buena idea que se quedó en eso, y no me malentiendan, los funcionarios hicieron lo propio, pero el gobierno federal negó la denominación por una sola razón: la contaminación.

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El alegato era que, por más que se pintaran las fachadas, por más que se invirtiera en infraestructura turística y por más que se buscara generar productos nuevos para ofrecer a las y los visitantes, la ciudad seguirá contaminada, el río seguiría contaminado y en ningún otro lado, un pueblo mágico, tiene el nivel de contaminación que Tula.

Una administración posterior, Manuel Hernández Badillo, también habló de ingresar al municipio a la convocatoria de Pueblos Mágicos. En ese entonces, el perredista aseguraba que se lograría el nombramiento, sin embargo, muchos sabíamos que eran falacias de las que el hombre hablaba, pero, como todo ser humano, guardábamos un poquito de fe.

Ese sueño de lograr de Tula un Pueblo Mágico, se esfumó tan rápido como llegó la ilusión, pero, lo que sí permaneció fueron las ganas de tener un Tulita más limpio, más amigable, y no sólo por las y los turistas, sino por todas las personas que habitamos esta región tolteca, un sueño que hace algunos años era bastante “guajiro”.

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Ahora, la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum ha hablado de hacer de Tula la ciudad más limpia y dejar de ser la ciudad más contaminada. Una declaración que ha llenado de ilusión a algunos, pero a otros los ha llenado de escepticismo, pues, la región ha estado contaminada por años y es entendible la duda, la cual se deberá ir disipando conforme se avance en el saneamiento.

Por ahora, hay muchos proyectos en el aire y se espera que dentro de poco se aterricen, a través de acciones contundentes y que sí generen soluciones a las problemáticas de Tula y la zona. Y, aunque quizás nunca lleguemos a ser Pueblo Mágico, sí aspiramos a ser un pueblo limpio, con condiciones dignas para vivir.

Por ahora, sólo nos queda confiar y esperar que, con suerte, trabajo y mucho dinero, seamos una ciudad más limpia.

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