Los últimos días los “aranceles” han estado por todos lados, un tema importante para la economía internacional.
En medio de las tensiones comerciales reavivadas por el reciente triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, los aranceles vuelven a ocupar un lugar central en la relación entre México y su vecino del norte.
Pero, ¿qué son exactamente los aranceles y qué implicaciones tienen para el país?
Los aranceles son impuestos que un país aplica a los bienes importados desde el extranjero.
Su propósito puede ser proteger la industria nacional de la competencia externa o generar ingresos para el gobierno.
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Sin embargo, para la globalización estas medidas suelen desatar tensiones internacionales, especialmente entre socios comerciales tan estrechamente vinculados como México y Estados Unidos.
El riesgo de un Trump proteccionista
Durante su campaña, Trump prometió priorizar la economía estadounidense a toda costa, incluso reviviendo estrategias de su primer mandato, como la imposición de aranceles.
Estas políticas podrían apuntar directamente al sector automotriz, agrícola o manufacturero, pilares de la economía mexicana que dependen en gran medida del comercio con Estados Unidos.
Un incremento en los aranceles a productos mexicanos podría encarecerlos para los consumidores estadounidenses, reduciendo la demanda y golpeando a miles de empresas y trabajadores en México.
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Además, las represalias mexicanas con aranceles similares podrían desatar una guerra comercial, afectando a ambos países y deteriorando una relación que se ha mantenido tensa durante años.
En esta ocasión, Trump vuelve a usar los aranceles como método de sometimiento sobre temas como drogas y migración.
Sheinbaum responde: “Aquí no hay subordinación”
La presidenta Claudia Sheinbaum no tardó en emitir una postura firme.
En conferencia de prensa, subrayó que México no cederá ante presiones unilaterales: “Aquí no hay subordinación”, declaró.
Sheinbaum también hizo un llamado a buscar soluciones diplomáticas y a fortalecer los lazos con otros mercados internacionales para reducir la dependencia económica de Estados Unidos.
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Este enfoque, según analistas, podría ser clave para mitigar los riesgos económicos y proteger la soberanía mexicana en un contexto internacional cada vez más complejo.
La presidenta ha sido criticada por su postura, ya que no temió al decir que: “A un arancel vendrá otro en respuesta”, dejando claro que este ‘juego‘ donde los aranceles son rehenes puede usarse en ambos sentidos.
Algo en concordancia con la postura de Marcelo Ebrard, secretario de Economía, quien advierte de los riesgos e impactos de la amenaza de Trump; con pérdidas de empleos y el subsecuente aumento manufacturero.
En última instancia, la disputa sobre los aranceles será una prueba para los líderes de ambos países, también para la capacidad de México de defender su economía y su autonomía en el escenario global, donde varios países han empezado a presionar.
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