En 2017 el gobierno federal en turno planteó la intervención del río Tula, un proyecto que en ese entonces sólo buscaba incrementar su nivel de conducción de aguas negras, pero no contemplaba sanearlo, lo cual movilizó a las personas de Tula y lograron parar una obra que en nada incluía el impacto ambiental ni mucho menos hablaba de mejorar la calidad de vida de las personas de Hidalgo.
El ecocidio que se planteó en ese entonces fue uno de los temas más visibles, pero no el único ni el más importante. Esto porque, si bien la gente pedía no talar los más de mil 500 árboles que se dijo serían derribados, la idea central era que se planteara un plan integral que permitiera el saneamiento del río Tula y, como consecuencia, mejorar la calidad de vida de las personas que viven alrededor del afluente.
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Durante años, esta fue la petición principal y, ahora, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a poco más de un mes de tomar posición de la presidencia del país, por fin escuchó esa plegaria y anunció que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ya trabaja en un plan que permita hacer el saneamiento del río Tula.
Por lo que, las expectativas son muchas, pero, nadie puede culpar a la gente de Tula de que todavía se mantengan incrédulos y expectantes. Sobre todo, porque, en varias ocasiones, se ha planteado supuestas mejoras para atender el río, pero, en realidad sólo se ha hablado de soluciones a las problemáticas de la gente que vive en el Valle de México.
Esto a costa de disminuir la calidad de vida de la gente de Tula y de todas las personas que viven aguas abajo del río Tula, así que sí, sanear el afluente, en este punto, parece utópico, una percepción que se deberá ir haciendo menos conforme se vayan notando las acciones para sanear el agua del afluente.
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Hay algo importante que hay que mencionar ante los dichos de la presidenta Claudia Sheinbaum, si bien es cierto necesario multar a las empresas que están descargando, de manera ilegal al río Tula y determinar cuántos son los drenajes locales que descargan al afluente, es también necesario plantear saneamiento del agua que proviene de la CDMX.
Sobre todo porque, la mayor cantidad de agua negra que llega al río Tula, proviene del Valle de México, a través del Túnel Emisor Oriente (TEO), y el Túnel Emisor Central (TEC), así que, el plan debe contemplar esa parte, ya que, de nada servirá sanear el agua local, sino se sanea el agua que viene desde la Ciudad y el estado de México.
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