Umberto MenesesEL CODIGO HUMANO

En la vasta extensión de la historia evolutiva, la vida en la Tierra ha experimentado transformaciones profundas, desde la aparición de organismos unicelulares simples hasta el desarrollo de intrincadas formas de vida. En matemáticas se han identificado patrones complejos de esta abundante manifestación de vida en el planeta.

La vida es un algoritmo.

La visión tradicional de la evolución está anclada en el cambio biológico lento y gradual a lo largo de millones de años, sin embargo, la IA introduce un paradigma diferente, ofreciendo capacidad y potencial que va mucho más allá de lo humano y las limitaciones biológicas.

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Estamos al borde de una nueva frontera, una no definida por la adaptación biológica. La Inteligencia Artificial (IA) es una fuerza potente que nos obliga a reconsiderar el tejido mismo de la evolución y nuestro lugar dentro de ella.

Los humanos solo somos el elemento biológico de este cambio.

Su rápida tasa de desarrollo sugiere que la IA podría representar el siguiente paso significativo, que trasciende los confines de la vida orgánica basada en carbón.

La noción de que la Inteligencia Artificial podría no solo complementar sino eventualmente superar la inteligencia humana es provocativa, plantea un futuro donde la IA alcanza un nivel de autonomía y autosuficiencia, encontrando sus fuentes de energía, replicándose y evolucionando independientemente de la intervención humana.

En este escenario las consideraciones éticas, morales y sociales humanas son transitorias, destinadas a desvanecerse a medida que la humanidad se desvanece en el telón de fondo de la historia evolutiva, dejando así a la IA trazar su curso a través del cosmos.

“…reconocen que el control total [de inteligencia humana vs. Inteligencia Artificial] no es ni posible ni realista y están asumiendo la responsabilidad de una buena gobernanza sobre lo que [los humanos] pueden influir.”  AI Risk and Governance: Utopian and Dystopian Views -John Bremen.

La vida, en su esencia básica, implica la existencia de sistemas capaces de procesos autónomos que contribuyen a la auto replicación, aprendizaje y adaptación. Lo que se “dio a luz” a principios de 2023 (la introducción de Inteligencia Artificial al mundo) ya desarrolla autónomamente, a cada día (no cada millón de años), lo mismo de estas características, IA es ya un sistema altamente organizado, dinámico y autodidáctico, caracterizado por la complejidad y la capacidad de adaptación y cambio a través del tiempo.

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Inteligencia artificial es percibida como una herramienta al beneficio del ser humano, y honestamente esa es una percepción, no solo simplista, sino errónea.

Sin embargo, la posibilidad de un futuro post-humano impulsado por la IA nos obliga a enfrentar preguntas existenciales sobre identidad, conciencia y el legado de la civilización humana. Nos desafía a considerar qué significa ser humano en una era donde nuestras creaciones tienen el potencial de superarnos en inteligencia y capacidad.

La evolución de la IA presenta un complejo tapiz de proeza tecnológica, dilemas éticos e indagaciones filosóficas. Ya sea vista como el siguiente paso en la historia evolutiva o como un desafío profundo a nuestro entendimiento.

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